FUIMOS… LAURA LEAL EN EL ANECDOTARIO DE MIME
Pensé en tu nombre y en cada momento mágico que sentimos, y hoy pasado el tiempo puedo verlo desde un futuro fallido.
¿Dime … como fue que nos perdimos?
Nos miramos y escuchamos desde el umbral del dolor, ese que nos definía en ese momento, una grieta enorme que nos esforzamos por llenar sin tener material para ello, fue más dañino que amable.
Acariciamos cada palabra, pero no eras tú lo que amaba, era yo a través tuyo y no me heriste tú fue mi herida desbordada a través de ti.
¿Amante, amigo y némesis, donde cabía entre nosotros la verdad? ¿Esa verdad con nombre de amor?
En el disfraz de llenura nos herimos tanto, parecía que casi lo lográbamos, pero se convirtió en tormenta y el huracán nos arrastraba, golpeados y sin fuerza nos recogíamos uno al otro, lamiamos nuestras nuevas heridas y presumíamos de fuerza y unidad sin vislumbrar que hacíamos el abismo aún mayor.
El día llegó, ya no podíamos escucharnos, ni tocarnos, estábamos lejanos y heridos, débiles y jurábamos que la fuerza se fue por no estar juntos, pero era una realidad palpable que dicha virtud se perdió de a poco en el intento de serlo.
Gritaba tu nombre como buscando no olvidarte, lo escribí como huellas para ayudarte a volver, pero estabas ciego y totalmente extraviado.
La posibilidad de salir de este infierno me obligó a tomar decisiones muchas de ellas que no puedo ejecutar, tuve que atreverme a continuar a caminar sin lo nuestro.
Ya no te perseguía, no intenté encontrarme, solo caí y me dejé llevar por un tiempo sin rumbo y llegué a la conclusión de que “entre más lejano queda lo nuestro, más sagrado lo siento”.
Mime