EUFEMISMOS ELECTORALES / PATRICIA GUERRA FRESE
Eufemismos electorales / El relato de Patty War
Durante todo el sexenio, el gobierno de López Obrador ha echado mano de un viejo recurso para abordar temas que le son incómodos.
Así, cualquier situación que le resulte difícil de manejar, es explicada de una forma suave y de color pastel, pero sobre todo cuidando que no afecte la imagen de la presidencia o de la cuatroté.
Del autonombrado “presidente más vituperado de la Historia” es también el reino de los eufemismos.
Recordemos que cuando salieron a la luz no uno, sino dos videos mostrando al hermano presidencial, Pio López Obrador, recibiendo sobres color manila repletos de dinero, el presidente calificó este flagrante acto de corrupción como: “Aportaciones al movimiento”.
Que no es lo mismo, pero es igual.
Más recientemente, el senador morenista Ignacio Mier calificó de “errorcitos humanos” a la suplantación del dictamen de pensiones en el Senado.
Como si hubiera sido efectivamente, un traspié sin culpa ni mala intención. Que se los crea su bancada.
Aunque los mejores han sido, sin duda, los tristes acontecimientos del descarrilamiento del Tren Maya, es decir, en el lenguaje de la cuatroté: “una interrupción del flujo de la vía”.
Así como el desplome de una lanzadora de dovelas en la obra del Tren Interurbano, que fue descrita por la Secretaría de Obras Públicas como un “deslizamiento hacia el piso”.
Sí, a mí también me dio risa.
Hemos de reconocer que la mejor exponente de los eufemismos del bienestar y cliente frecuente del humor involuntario de la cuatroté, autora de una de las declaraciones más memorables del sexenio, es la señora Elizabeth Vilchis, quien dijo “No es falso, pero se exagera”, cuando quiso justificar el aumento a las tarifas eléctricas.
Qué sigan las perogrulladas de la transformación.
Tras las elecciones más grandes de la Historia de nuestro país, han surgido diversas pruebas en videos y fotografías que demuestran que se recurrió a todo el repertorio del más rancio priismo: compro de votos, ratón loco, urnas embarazadas, casillas “zapato”, operación tamal, así como un inquietante porcentaje de irregularidades en el PREP que demuestra la acción de mapaches antes, durante y después de que los ciudadanos emitiéramos los votos.
A pesar de tantas pruebas de irregularidades, los medios, incluso los que hasta el 2 de junio fueron críticos, han optado por ignorar este alud de información que circula en las redes sociales y salieron a declarar la inobjetable victoria de la doctora Sheinbaum, con todo y el control absoluto de las cámaras.
Carro completo de una vez, claro está, antes del cómputo distrital. A ver, ganó la candidata oficialista, pero no pasa nada si también hablan de las irregularidades.
¿Cuál será el eufemismo que utilicen cuando al final alguien se atreva a hablar de las impugnaciones e irregularidades? Se me ocurren:
“Fue una elección copiosa y limpia, aunque tuvo algunos pequeñísimos tropiezos.”
“Unos cuantos miles de casillas invalidadas no hacen verano”.
“Habló la mayoría, los menos fueron los que hicieron trampa.”
“No votaron los muertos, es que hasta en el más allá votan por Morena”.
“Hubo casi dos mil casillas “zapato” porque el pueblo se cansa de tanta pinche (perdón, mamá) transa”.
Escoja usted.
