EL VERDADERO PLAN B DEL PRESIDENTE LA VÍSPERA DE LA SUCESIÓN
DIMITTIS
La opinión del Abogado Rolando Nakachi
08/09/2023
El verdadero plan b del presidente
Lo leí en el libro del Dr. José Antonio Elizondo López, El síndrome de la borrachera seca, (Liberaddictus, 2010). Se trata del cuento del dragón de dos cabezas.
Es la historia de un príncipe que vivía enamorado de una princesa, la cual por desgracia, se hallaba prisionera en un castillo del que no podía salir porque lo custodiaba un terrible dragón de dos cabezas que no permitía que alguien se acercara.
Si había algún valiente que lo osara, siempre era devorado. El pueblo entero le tenía pavor al monstruo.
Atrevido como todo enamorado, el príncipe decidió enfrentar a la bestia salvaje. Tomó su espada y lo enfrentó.
En el duelo, le cercenó una cabeza pero perdió su espada. Se replegó para armarse de nuevo y regresar.
Cuando volvió al castillo, cual fue su sorpresa que al monstruo se le había regenerado la cabeza perdida, de nuevo ya tenía las dos.
Prudente, el príncipe decidió consultar con los sabios del lugar. Éstos le revelaron que la única forma de vencer al engendro era cortándole ambas cabezas de un solo tajo.
Una vez que supo cuál era la clave para vencer al dragón, se preparó a fondo y armó con una espada más grande, se lanzó a la victoria.
Con una fuerte estocada cortó ambas cabezas del rival. Como todo cuento de hadas, después de que el héroe ganó, entró triunfante al castillo para liberar a su amada y vivir felices para siempre.
Sirva la anterior analogía para ilustrar dónde estamos parados millones de mexicanos y a qué nos enfrentamos la víspera de la sucesión presidencial en 2024.
Hay que advertirlo como es: será una elección de Estado. Xóchitl Gálvez se enfrentará al fanático presidente que cuenta con todo el aparato gubernamental, el respaldo de sus amigos en Sinaloa y las fuerzas militares.
¿Es casualidad o causalidad tanto apapacho al ejército? Vivimos una amenaza a la incipiente democracia mexicana.
Quien no lo quiera ver o es cómplice del ataque a las libertades, o de plano le han sido arrancados los ojos con la demagogia llena de ponzoña que se espeta todos los días desde Palacio Nacional.
Esta división entre los mexicanos que ha acentuado y que a diario atiza con el entusiasmo propio de un tirano no es accidente.
Con ese fervor de cualquier ególatra, sabe que debe seguir a pie juntillas el adagio latino de “divide y vencerás”; lo que se traduce en divide para reinar y dominar a perpetuidad.
Gracias a la mano poderosa del embustero oficial, estamos enfrentados en dos bandos: chairos contra fifis; clase media contra la grey del falso mesías; o en palabras del presidente, “el bloque conservador contra el pueblo”. O mejor dicho, estatismo contra libre mercado.
Encarrilados para seguir la línea de los tiranos latinoamericanos, todo es culpa de Colón, y de los españoles que destruyeron ese pasado de ensueño en el que se regodean los demagogos y que solo existió en su perversa imaginación.
Un embudo macabro, pues. Ya lo dijo Alexander Staudt: “El socialismo es como una trampa para ratones. Funciona porque el ratón no entiende por qué el queso es gratis.”
Continuo con la analogía del cuento del dragón de dos cabezas.
Si queremos salvaguardar la institucionalidad y democracia que hoy peligran, no es suficiente haberle ganado la narrativa y la agenda pública a López Obrador.
Si bien la partida que se le ganó con el fortalecimiento del FAM para sacar a su candidata, Xóchitl Gálvez fue magistral, no es suficiente.
El cochinero que trae MoReNa con el dedazo del embustero oficial sobre su uña Claudia, tampoco lo es.
Quien piense que habrá división en la secta con el “disidente” Ebrard, se está equivocando.
Estamos ante exponentes del viejo PRI, ese de los mapaches, ratón loco, y tantas artimañas electorales.
Aunque el demagogo está herido y fuera de sí, no alcanza aún para echarnos en nuestros laureles. Sí nos ha demostrado que si lo minimizamos se renueva como toda secta con su “movimiento”.
El otro frente contra el que se enfrenta AMLO es la terca realidad. Tanta incapacidad gubernamental tarde que temprano le pasará factura. Pero tampoco será suficiente. La estupidez humana es infinita.
Lo que hace distinta la candidatura de Xóchitl es que está respaldada en la ciudadanía, como dice el presidente: el pueblo sabio que está agraviado de tanto engaño está despertando. Las cúpulas partidistas no tuvieron de otra.
Sobre esta plataforma se ha montado Gálvez y como en el cuento, la sabiduría popular le ha marcado la pauta y allí está dando la batalla que trae llena de pavor no solo al presidente, sino a sus voceros, moneros y cómplices del saqueo al erario.
Ha iniciado el proceso electoral más importante en el siglo XXI.
La realidad siempre supera a la ficción. No tenemos un príncipe sino una princesa gallarda, osada, con la misión de salvar a México del castrochavismo y del estatismo anacrónico.
Con candidata en el frente contra la candidata oficial, falta darle el testarazo final a esta pesadilla obradorista. Esta es la fórmula doña Xóchitl: unidad, unidad, unidad, valentía, votos… hartos votos, y mucha prudencia con cautela.
Hay que llegar al 2024 presencialmente.
Porque el mostro de las más de cien mil mentiras en su sexenio, la va a querer bajar de la bicicleta y descarrilar… como sea.
Huroneo
Nada está cantado en el 2024 pero no podemos ser ingenuos, no son tiempos ordinarios y desde el poder saben que se juegan más que una elección.
Cabe la otra posibilidad, conforme nos vayamos acercando al dos de junio y Xóchitl suba como la espuma, al tiempo que Claudia se vaya hundiendo, entrará el plan b del embustero oficial: boicotear la elección federal.