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«JAIME SABINES: UN POETA DEL TIEMPO Y LA HUMANIDAD»

UN DÍA COMO HOY NACIO EL POETA JAIME SABINES 

CULTURA SOBRE RUEDAS
Pilar Jiménez Trejo / Cultura Sobre Ruedas

25/03/2024

Un día como hoy nació el poeta que habló de la condición humana y el tiempo: Jaime Sabines

#CulturaSobreRuedas

"JAIME SABINES: UN POETA DEL TIEMPO Y LA HUMANIDAD"
Jaime Sabines

El mes de marzo es un periodo para recordar a Jaime Sabines que nació y murió en este mes, que no por casualidad es el mes en que se celebra a la Poesía en el mundo.

Han pasado ya 98 años de su nacimiento (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 25 de marzo 1926) , y 25 de su muerte (CDMX, 19 de marzo de 1999), y Sabines sigue vigente en los lectores como en las últimas décadas del siglo XX, como poeta universal habló de todo, y de manera reitera lo hizo en primera persona para lograr emocionar y conmueven a los lectores.

No tenía poemas o libros favoritos entre los que escribió, pero dijo que amaba a su libro Horal, como se quiere al primer hijo. Que Tarumba era el medio día de Sabines, y que Algo sobre la muerte del mayor Sabines, el largo poema que escribió por la muerte de su padre, era la cumbre de su obra.

Sabines escribió de temas universales: de la muerte, del amor, de la alegría, del dolor, de la soledad, del paso del tiempo, de la vida que termina y se renueva, de la condición humana.

Pocas veces se refirió a su estado natal o hablo de la naturaleza de Chiapas, no fue un poeta localista, sino desde sus inicios un poeta universal que fue traducido ya en 1987 en Alemania por la editorial Vervuert bajo el título Dein Körper neben mir, que es el nombre del poeta «Tu cuerpo está a mi lado».

«En Adán y Eva no creo que haya una influencia de la tierra, de la naturaleza de Chiapas. El poema habla del paraíso y las cosas que hay en él: mar, aire, árboles, estrellas… Es la formación del medio ambiente: el ser humano es quien lo rodea.

Solamente he hecho un poema donde la naturaleza es tema central, se llama «Las montañas». Elva Macías hizo un ensayo donde analiza mis poemas relacionados con la naturaleza, dice que, cuando la menciono, casi siempre la contrapongo con la vida urbana.

«Las montañas» es un poema donde me refiero a un paisaje específico en el norte de Chiapas», me contó en mi libro.

 Luego aparecieron varias versiones y ediciones de su poesía al inglés y al francés, nada menos que con la colaboración de los poetas Jean-Clarence Lambert (al francés) y W. S. Merwin (al inglés), que también fueron traductores y amigos de Octavio Paz, quien también por cierto nació en marzo, un día 31 de 1914.

Versiones en francés para Francia y para Quebec. En inglés para Estados Unidos y otras en Reino Unido. Ediciones distintas de antologías, libros completos de Tarumba o Algo sobre la muerte del mayor Sabines.

Apareció luego una antología al italiano realizada por Emilio Coco; otra al árabe por el doctor César Afif; y poemas suyos están en antologías en danés, chino, japonés, finlandés, ruso… y nuevas versiones de sus poemas fundamentales siguen sumándose a otras antologías recientes en el mundo.

Valga recordar hoy a Jaime Sabines para confirmar con satisfacción que es un poeta universal, un clásico ya entre los poetas del mundo y la literatura universal, no nada más en lengua española.

Recuerdo una vez que lo visité en su casa, acaba de morir Octavio Paz. Sabines estaba desconsolado, triste y enojado porque era el cáncer, ese mimo que se llevó al mayor Sabines y a su hermano Juan,  era el que había acabado con la vida de Paz, el único escritor premio Nobel de Literatura que ha conseguido México.

–Mira, me dijo, Octavio que trabajó tanto por su obra, que se movió en el mundo para que se conociera, se tradujera, que hasta logró el Premio Nobel, ahora ya el cáncer acabó con su vida.

Yo a veces pienso que le debo mucho a mi obra, no he hecho ni hice mucho por ella… salía un libro y lo dejaba solo–.

Pero los versos de Sabines como los grandes poetas, y pese a él, se dispersaron por el mundo, se conocen en diversos países, se hablan, se dicen de memoria.

Por ejemplo en Buenos Aires hay un programa que se llama: Te quiero a las diez de la mañana, por su poema y cada mañana inicia con su voz así:

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.

Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.    

Yo tuve la suerte, dicen que no hay periodista sin suerte, de conocer a Sabines y convencerlo de hacer su biografía.

Me costó trabajo convencerlo, no le gustaban los periodistas, pero en esos años se fue haciendo cada vez más famoso pese a él, y por suerte confió en mí para realizar esa hazaña.

Pasé 10 años de visitas en su casa, muchas de esas eran conversaciones para ir construyendo esta historia. Tuve entonces una beca, la única que he tenido de Fonca, fue de coinversión, pues la editorial Joaquín Mortiz, entonces en manos de don Joaquín Díez-Canedo, estaba interesada en publicar ese libro.

El tiempo decidió otras cosas. Tardé 17 años en publicarlo, o finalizar la obra. La primera edición de mi libro Jaime Sabines.

"JAIME SABINES: UN POETA DEL TIEMPO Y LA HUMANIDAD"
Jaime Sabines Primera edición / Pilar Jiménez Trejo 

Apuntes para una biografía (2012), fue un bellísimo libro que hizo Conaculta-Chiapas, con el diseño de Mónica Zacarías Najjar, con fotografías y documentos del archivo de la familia Sabines Rodríguez.

Ese libro se presentó en Líbano, el país de dónde llego el mayor Sabines a América por el año 1902 –de lo que sí es hay fotografías y documentos, es participó en la Revolución Mexicana, y que en 1914 llegó a Chiapas con grado de capitán del ejército y al mando de la caballería del general Jesús Agustín Castro, de la División 21 de los carrancistas–.

Fue a invitación del embajador Jaime García Amaral, quien estuvo en ese cargo del 2013 a 2017, gran diplomático y una extraordinaria persona, que dio instrucciones, y junto con el Instituto Cervantes, se organizó la presentación de mi libro en octubre de 2013.

Entonces allí estaban, entre el público dos o tres hispanistas que conocían bien la obra de Sabines. Tuve una conversación con el hispanista libanés Antoine S. Khater quien me dijo: «Sabines parece un poeta que nunca hubiera salido de Líbano». Y Sabines me lo dijo en varias conversaciones que aparece en mi libro:

"JAIME SABINES: UN POETA DEL TIEMPO Y LA HUMANIDAD"
Sabines en árabe

«Fue mi padre quien me enseñó la profundidad de la literatura árabe. Sabía de memoria las historias de Las mil y una noches o Las aventuras de Antar. De igual modo me repetía constantemente enseñanzas espirituales y filosóficas de la Biblia, poesía pura que no seduce los oídos sino el alma, y eso es peor (…)

En secundaria y preparatoria me dio mucho por leer; acudí a infinidad de libros pero la influencia mayor que he tenido fue a través de mi padre: su conocimiento de la literatura oriental me ayudó a llegar a las raíces de todo.

Soy al mismo tiempo un poeta oriental y occidental porque mi poesía trata de hacer esa confluencia del pensamiento, de la idea mística y su razonamiento contemporáneo (…)

Seguí interesado en la literatura árabe que me había enseñado mi padre y busqué poetas persas. Así llegué a Rabindranath Tagore, que murió a principios del siglo xx; es un poeta maravilloso de la literatura hindú, incluso fue el primer no europeo en ganar un Premio Nobel.

Tagore es uno de mis grandes maestros: me fascina por su sinceridad, por su ternura; posee un elemento al que yo aspiro: la profundidad de la poesía oriental. Lograrlo ha sido mi meta.

Creo que toda esa literatura árabe y mi descendencia paterna marcaron mi visión fatalista de que el hombre, cuando habla de libertad, no es más que un muñeco manejado por la vida (…)

Me encanta la literatura árabe. Creo que es muy diferente a la occidental; ellos son más sueltos, más profundos, más líricos, ven el mundo con ojos más generosos, más transparentes (…)

Un día como hoy nació Sabines, y creo que la biografía, ahora editada por Tusquets, y en audiolibro por Audible de Amazon, con el título Sabines Apuntes biográficos, ha corrido con suerte y ha servido a nuevos traductores de Sabines para hacer versiones de sus versos.

"JAIME SABINES: UN POETA DEL TIEMPO Y LA HUMANIDAD"
Sabines Portada Tusquets copia

Como me sucedió con el poeta y traductor norteamericano Mark Shafer quien realizó la versión (Few Words on the Death of Major Sabines) que forma parte del libro Pinholes in the Night: Essential Poems from Latin America, y que me contó que ya había traducido todo el poema, y que cuándo se encontró con mi libro y leyó que Sabines había escrito el final de la primera parte de ese poema en sonetos, tuvo que volver a hacer la traducción, pues como lo dijo el poeta, no los había advertido. Con el presenté mi libro en

Nueva York en noviembre de 2015. Esto fue lo que leyó Shafer que me contó Sabines en el capítulo VII de mi libro que habla sobre el tema de la muerte:

«En Algo sobre la muerte del mayor Sabines está esa parte que fue hecha en sonetos que nunca busqué que fueran perfectos. Incluso en el momento rompía la métrica tradicional; no hice sonetos, hice endecasílabos, y a esos muchas veces los volvía heptasílabos o alejandrinos.

Escribí así el poema porque era una manera de que saliera de forma natural. Incluso León Felipe, que me elogiaba mucho, me apreciaba y quería (él me dedicó su libro El ciervo, que conservo con su dedicatoria que dice: «Para Jaime Sabines, el mejor poeta de México»), me preguntó con curiosidad:

—Me destanteó, me asombró que usaras sonetos en el final de la primera parte del poema del mayor Sabines, ¿por qué lo hiciste? —a él le parecía extraño.

—Simplemente porque ya estaban ahí, ya estaban hechos, ya nada más era cuestión de descargar mi sangre, mi angustia, mi impotencia y todo —le respondí.

Los sonetos fueron escritos noche tras noche, en siete u ocho jornadas. Llegaba la noche y el soneto estaba ahí esperando para que lo escribiera: la forma ya estaba, no tenía que buscarla, nada más era cuestión de derramarme en aquel vaso que ya existía, desbordar el dolor, los borbotones de sangre.

El soneto era la copa ya hecha: era cuestión de llenarla nada más con lo que yo lloraba. Fue escrito así por facilidad; fueron sonetos a mi manera y a mi estilo.

El ritmo, la no rima, la asonancia, la versificación… Todo eso lo aprendí desde que tenía quince o dieciséis años, pero nunca termina uno de aprender totalmente: siempre se está descubriendo y perfeccionando.

Se me ha criticado que son sonetos cojos. Es una estupidez. Hay un crítico, paisano mío, que dice que los sonetos que hago son malos porque no se ajustan los versos a la acentuación que dicen las reglas… y digo yo: «Pobre muchacho, es un tonto, no sabe que yo lo hice a propósito para no caer en una poesía muy manoseada».

He roto esas normas que dicen: en tal verso hay que acentuar en tal sílaba y en tal otra, y repetir todo eso como un sonsonete.

Lo que he querido hacer con esa forma poética ha sido precisamente apalearlo y hacer un soneto no tradicional; son sonetos que no suenan como tales y eso se puede hacer solamente si se tiene una gran técnica.

Ese muchacho me da lástima porque digo: «qué idiota es, piensa que no puedo hacer un soneto con todas las de la ley».

Eso lo aprendí de muchacho y los hacía conforme a todos los reglamentos y las disposiciones de la retórica en uso, pero aquí me propuse hacer sonetos diferentes, como se lo propuso Miguel Hernández al hacer esos preciosos sonetos que tiene en su poema «Yo sé que ver y oír» y en donde casi no te das cuenta qué lo son, eso es lo importante.

«Me voy, me voy, me voy, /pero me quedo, pero me voy, desierto y sin arena:/ adiós, amor, adiós, hasta la muerte.  …» Hijo, ese soneto es precioso, qué manera de hacerlo, y no es tut tut tut tut tut ta, ti ti ti ti ti ti, que es lo que quiere este ingenuo crítico.

Lo que pasa es que la verdadera gran técnica, cuando la alcanzas, no se ve: la técnica debe pasar desapercibida; eso es lo importante de hacer un buen poema, que la técnica no se note; y entonces mucha gente que no sabe dice: «Es un poeta desobligado desencuadernado, que no tiene rigor ni disciplina»… ¡Pendejos! No saben que en el fondo la mayor disciplina, el mayor rigor es éste: tan lo hay que no lo notan. Eso es lo importante».

Hoy celebramos al peatón que nos enseñó que «no hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida» y sus lectores, muchos de ellos jóvenes, siguen acudiendo su Recuento de poemas porque la poesía como lo dijo Sabines: sirve para arrojar del corazón del hombre el desencanto.

https://culturaenbicicleta.com/

https://twitter.com/JtPilar

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