¿República democrática o país bananero? / Abogado Nakachi
22/11/2023
¿República democrática o país bananero?
Justo un día después de que en Argentina, Javier Milei ganó la presidencia de la república, en México comenzó el proceso electoral rumbo al 2024.
Tiempo donde tendremos la oportunidad de celebrar dos centurias como país libre y democrático, unidos en el pacto federal, o la ratificación de la debacle de la democracia que comenzó en 2018 con la llegada al poder —por medio de las urnas— de López Obrador.
Qué irónico es el Señor Cronos, un doce de junio de 1823 el Congreso Constituyente votó a favor del sistema republicano y federal, lo ratificó en noviembre de ese año, fue hasta el 31 de enero de 1824 cuando expidió el Acta Constitutiva de la Federación por la que en su numeral quinto dispuso: “La nación adopta para su gobierno la forma de república representativa popular federal”.
Lo que quiere decir que el próximo año estaremos celebrando doscientos años de vida de nuestra república democrática.
Y es justo en esa fiesta en la que podemos pasar de la ruta franca hacia al despeñadero obradorista-castrochavista o la salvación de la libertad para darle vuelta a esta pesadilla de una vez por todas.
Aunque como se evidencia, la ruta no será nada fácil para nadie. Ni el oficialismo la tiene asegurada, y la oposición tampoco debe de echarse en sus laureles porque se enfrentará al marrullero en su peor versión junto con todo el aparato del Estado.
Tengo 46 años de edad, jamás había visto a un presidente de México en funciones tan desconectado de la realidad, con una abierta obsesión por el poder y con actitudes de corte fascista.
Y mire que me ha tocado de todo, desde el histriónico López Portillo hasta el corrupto e impune de Peña Nieto. Por lo menos los que encuadro en este periodo, al lado del enfermo de poder, son unos niños inocentes.
En comparación del primer megáfono de la nación en Palacio Nacional que sin pudor utiliza el embustero, desde nuestra limitada trinchera es necesario advertirle a los mexicanos que estamos presenciando el asalto más descarado a nuestras instituciones y sobre todo a las libertades.
El farsante no gobierna para los mexicanos pero qué tal se mantiene en modo campaña perpetua.
Ha tomado la mayoría de los medios de comunicación tradicionales y digitales, invirtiendo con recursos públicos para maquillar la realidad y esconder lo que se pueda.
O como aconsejan en MoReNa” “Usted niegue que fue a la fiesta, aunque le encuentren confeti en los calzones”.
Extorsiona lo mismo a empresarios que a rivales políticos y hasta aliados. ¿O usted cree que Samuel García de pronto le nació el espíritu competitivo de forma espontánea para la presidencia de la república? ¿O será porque alguien lo “invitó” toda vez que tiene mucho qué explicar del origen de su riqueza? Samuel le sirve a Andrés para dividir el voto porque ya leyó que en el mano a mano presidencial, ellos pierden.
Cuando ya no le sirva el tiktokero del norte, como acostumbra el tabasqueño, lo desechará como clínex en tiempos de Covid.
Que este grupo en el poder espía a propios y extraños ya no cabe duda. Lo que hay que subrayar es que si esto hacen con sus aliados, qué podemos esperar los ciudadanos de a pie.
De modo que cheque usted lo que ofrece en funciones el gobierno que engañó a los mexicanos con la verdad, les repitieron hasta el cansancio que juntos harían historia y vaya que les cumplieron: ofrecen propaganda para fomentar el culto a la personalidad de su líder, polarización, confrontación, corrupción, nepotismo, extorsión, espionaje, destruyeron el sistema nacional de salud, las estancias infantiles, ya placearon al dictador cubano Díaz Canel en la fiesta de Independencia Nacional, son omisos y cómplices con los criminales Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
Liberó a Ovidio Guzmán y nos lo presumió en cadena nacional.
Apapacha al crimen con abrazos y a los militares les entregó el país en bandeja de plata y contratos millonarios. Vaya que dejarán historia pero de la que jamás querremos recordar.
El presidente con su staff con la personalidad propia de los tiranos latinoamericanos, se esfuerza con vigor en meternos en la mente que este arroz ya se coció y que el pueblo le apuesta a la consumación de su “transformación”.
Que Xóchitl ni levanta y sirve a intereses mezquinos. Como en el tiempo apoteósico del PRI del siglo pasado, le apuesta al abstencionismo que le garantiza la continuidad y el fuero vitalicio.
Para cerrar la pinza macabra, el año próximo echará a andar la clientela electoral, por eso el aumento a las pensiones y el apapacho a billetazos a la juventud.
El programa de becas a bachilleres (que aún no votan) y Jóvenes Construyendo el Futuro tuvieron como objeto cooptar la voluntad de los chavos.
Así cuando el joven despierte y se quiera rebelar contra el poderoso, su mente le haga corto circuito contra el Ogro Filantrópico que lo llenó de dádivas. Unos genios maquiavélicos.
Orwell lo advirtió el siglo pasado: “Todas las tiranías gobiernan a través del fraude y la fuerza, pero una vez que el fraude queda expuesto, tienen que apoyarse exclusivamente en la fuerza”.
¿Alguien tiene aún duda alguna que el proyecto obradorista es antidemocrático y autoritario?
En 2024 veremos si la mayoría corrige y apuesta por la decencia o si de plano le ponemos el último clavo al ataúd patrio para ser un país bananero más y de una vez por todas entregarle el país a la mafia castrochavista.
Ellos tienen la fuerza militar y del crimen organizado, nosotros la fuerza ciudadana.
Huroneo
En un acto de civismo, el candidato oficial argentino, Sergio Massa, el domingo por la tarde reconoció públicamente su derrota en las urnas ante el señor Milei.
Al siguiente día, Massa, renunció como ministro de finanzas del desastroso gobierno de Alberto Fernández.
Es una estampa premonitoria de lo que sucederá a partir del tres de junio próximo cuando Xóchitl Gálvez gane la elección presidencial y muchos patiños y corifeos morenistas empiecen a bajarse del barco a punto de naufragar.
