TIRANOS AL BAT | OPINIÓN ABOGADO NAKACHI

21/08/2025
Tiranos al bat

El ser humano siempre tiene rarezas. Recuerdo a un empresario poblano que, afuera de su oficina en el piso número 25 de su emporio, habilitó una pequeña pradera para que pastaran sus borregos.
Decía que así el éxito económico no le haría olvidar su origen humilde de pastor. Cada cual carga sus filias. Los tiranos también: los fascistas se obsesionan con el uniforme, los oligarcas con sus caballos, y los socialistas bolivarianos tienen una manía peculiar: el beisbol.
Fidel Castro fue un pitcher frustrado que nunca llegó a Grandes Ligas. Hugo Chávez jugó con la selección venezolana y, en sus delirios etílicos, apostó hasta el futuro del país.
Nicolás Maduro lanza discursos como bolas malas que nunca llegan al plato, dentro de poco los gringos le irán a apedrear el rancho de Miraflores. Y nuestro embustero tropical, desde su rancho de la Chingada, convirtió la política en una interminable entrada: un partido sin final, lleno de rollo y bostezos.
¿Mas, por qué el beisbol? Porque es el deporte del desgaste, de la paciencia y del control. Aquí nada ocurre de golpe: no hay estallido inmediato como el gol, sino jugadas lentas, bases robadas en silencio, partidos que pueden durar horas… o décadas. Exactamente lo que aman los regímenes autoritarios: mantener a la afición anestesiada, esperando una jugada que nunca llega.
El embustero montó su novena con precisión. Llenó las bases con clientelismo, zalameros como Lord molécula y Vicente Serrano, corcholatas, familiares y amigos del Pacífico. Desde la tribuna, el pueblo aguardaba el jonrón de la justicia social. Pero la bola nunca salió del cuadro.
Mientras tanto, algunos de sus peloteros hicieron jugadas por su cuenta:
- El Mujer de los Sobres. En los tiempos en que se cocinaba el Pacto de Impunidad entre Peñita y el Rey del Cash, la diputada veracruzana Eva Cadena —apodada “la Recaudadora”— fue cachada recibiendo sobres de dinero como si fueran pelotas de práctica.

Robó bases con torpeza, pero suficiente para exhibir cómo se jugaba desde 2017. Aun así, 30 millones de cándidos compraron la entrada al show del campeón del engaño.
- Adán Augusto. El exsecretario de Gobernación metió un robo de base con el respaldo de “La Barredora”.

Pero la misma sirvienta que le impusieron como lugarteniente lo terminó ponchando con una bola dormilona. Entró al dugout como estrella y salió como novato eliminado.
- Manuel Bartlett. El eterno manager que sobrevive a todas las temporadas. Rumores ya admitidos a medias señalan que la UIF le congeló cuentas bancarias. En Estados Unidos carga con acusaciones penales que lo ponen en lista negra.

Pero aquí sigue, mascando tabaco en la caseta, protegido por la sombra del embustero que a los cuatro vientos en el estadio de México nos gritaba que es patriota. Un jugador que debería estar fuera de la liga, pero al que mantienen en el line up como si nada pasara.
El resultado es grotesco: Morena juega solo, la oposición abandonó el partido y el marcador va 20 a 0. El país está siendo blanqueado entrada tras entrada. Y nosotros, la tribuna, seguimos pagando boleto, hot dog y cerveza… mientras esperamos un jonrón que nunca llega.
Huroneo

La esposa del expresidente se voló la barda directo a España. Andy no solo se robó las bases, también los vestidores, y anda camuflado en Japón.
Pero la joya de esta semana ocurrió en Bolivia: después de dos décadas, con soberano batazo con casa llena en las urnas, la gente sacó del estadio a la mafia castrochavista que lidera el lopezobrador boliviano, el narcopolítico Evo Morales.
Una señal clara: hasta las dictaduras más tercas terminan siendo ponchadas.
Una lectura que exige no sólo ojos abiertos, sino conciencia afilada.
Esta columna forma parte de Bitácora de la Luna, un espacio para pensar el país desde el filo de la crítica.
Publica: Abogado Nakachi | Opinión editorial: La Evidencia News