¿SERÁ CLAUDIA DIFERENTE? / LUMINISCENCIA
04/07/2024
¿Será Claudia diferente? / #Luminiscencia
El presidente López Obrador concluirá su sexenio con pendientes importantes. Aunque el voto de la gente refrendó el apoyo hacia el proyecto de la llamada Cuarta Transformación, los desaciertos, abusos de poder y excesos quedarán también en el anecdotario de esta administración.
Pese a ello, la próxima Presidenta de México asumirá el cargo con un poder que desde tiempos del priismo no se veía. Vale la pena preguntarnos por ello: ¿Claudia entonces podrá con los problemas que su antecesor no pudo resolver?, me refiero a la violencia criminal, a la corrupción en el gobierno y a la crisis del sistema de salud, por citar tres áreas.
El modelo de gobierno de gobierno de Andrés Manuel, lejos de lo que vociferan algunos propagandistas, no es ni ha sido la panacea. Muchas de las promesas de campaña, se quedaron en eso, en promesas.
La administración pública, lejos de ser profesional, fue un botín para amigos, conocidos y familiares. Ejemplos sobran: Pemex, la CNDH, el Fondo de Cultura Económica, la Conade, la SEP y la Secretaría de Energía, por citar algunos.
Pero lejos de todo mal resultado, López Obrador ha salido a defender en las mañaneras, a capa y espada, a colaboradores que le han sido y le son leales. Sobra decir de los cercanos que han amasado grandes fortunas al amparo de este gobierno, a través de asignaciones directas y contratos.
Todo ello sin considerar quiénes fueron recompensados con cargos públicos en toda la administración federal.
Pero a pesar de ello, repito, el voto mayoritario hacia Morena, explicado por muchos expertos a partir de los programas sociales y la popularidad del propio Presidente; sentará las bases para un super poder en manos de Claudia Sheinbaum.
Con un respaldo electoral incluso mayor al de su mentor, la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México tendrá aliados en el Poder Legislativo y en la Suprema Corte. El hiperpresidencialismo de vuelta al presente.
Con todo ello, ¿será Claudia la presidenta que esperamos millones de mexicanos?, aquella que gobierne con transparencia, rectitud y apertura. Que tome decisiones a partir de diagnóstico profundos y claros, enriquecidos con la opinión de expertos. Una presidenta que prometa y cumpla a cabalidad sus promesas de campaña.
Una líder plural y no una jefa de secta. Una presidenta que esté a la altura de los retos globales como el cambio climático y las tensiones geopolíticas. En suma, una presidenta para todos y no para unos cuantos.
López Obrador termina su administración con una profunda polarización en la base. Y en su sexenio, ni todo es bueno, ni todo es malo. Desafortunadamente, el tono con el que ha gobernado, ha ampliado la división en una sociedad ya de por sí clasista, discriminatoria y desigual.
Por ello Claudia tiene la oportunidad, sí de continuar con la línea político-ideológica del movimiento, pero también de construir un estilo de gobierno distinto, en el que no se persiga, ni se estigmatice al que piensa y opina distinto.
Siguen las pugnas
Y mientras la futura presidenta de México aceita la maquinaria para entrar en funciones el próximo 1 de octubre, al interior del PAN continúan las pugnas en torno a los resultados del pasado 2 de junio y de la renovación de la dirigencia nacional.
Son varias las voces que piden que el partido se abra a la sociedad cuanto antes, para acabar con un esquema que ha llevado a la pérdida de numerosas conquistas territoriales y de gobierno.
Veremos pronto en qué termina el diálogo interno, en el que sin duda debe prevalecer la autocrítica y los cambios profundos, pues el resurgimiento del PAN, como la fuerza de oposición que conquistó alguna vez la Presidencia, puede tomar años.
