SER OPOSICIÓN Y SER CONSTRUCTIVO: UN CAMINO POSIBLE Y NECESARIO

Ser oposición y ser constructivo: un camino posible y necesario / #PuntoDeQuiebre
La narrativa que ha impulsado el gobierno federal y que se ha replicado en muchos estados y municipios sostiene que no existe una oposición real frente a la coalición gobernante conformada por Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo.
Los resultados electorales, que les han dado mayorías en el Congreso de la Unión y en la mayoría de los congresos locales, han contribuido a fortalecer esa percepción.
Se ha aceptado la idea de que no hay proyecto alternativo capaz de competir en términos de narrativa, percepción ni viabilidad electoral.
Frente a esa percepción, vale la pena destacar iniciativas legislativas que demuestran lo contrario. Tal es el caso de la propuesta del PRI para establecer la gratuidad en los trámites de titulación y obtención de cédula profesional.
Esta medida es posible como necesaria, considerando que dichos trámites representan una carga económica significativa para miles de estudiantes y sus familias, con costos que oscilan entre los 4 mil y los 25 mil pesos, dependiendo de si la formación fue en una institución pública o privada y otros factores administrativos.
Egresar de una carrera universitaria —ya sea una licenciatura, ingeniería o posgrado— representa un esfuerzo integral: personal, familiar, económico, físico y emocional.
Facilitar el proceso de titulación no es solo una medida de justicia social, también es una apuesta por el futuro del país, transformando al educando y a su núcleo familiar.
La verdadera oposición no solo señala lo que está mal; también propone soluciones viables. Los desafíos del país son enormes: inseguridad, salud, inflación, comercio exterior, por nombrar solo algunos.
Y la educación es una de las claves para enfrentarlos. Como decía Nelson Mandela: «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.»
Apostar por la educación es invertir con certeza. Y en esa apuesta deben coincidir todas las fuerzas políticas que verdaderamente quieran construir un país más justo y próspero.
Si la oposición aspira a competir en serio, no será desde el rechazo sistemático, sino desde la construcción de propuestas y de la crítica constructiva.
Es ahí donde encontrará a millones de ciudadanos que ya no votan por rostros, por empaques vacíos, sino por ideas.
Y sobre todo, por resultados posibles.