RETRATO DEL EMBUSTERO / LA OPINION DEL ABOGADO NAKACHI
23/01/2024
Retrato del embustero
A diez meses del cambio de gobierno en el ejecutivo federal, caminamos la víspera de la elección más importante de nuestra historia reciente.
Lo afirmo porque hay que insistir y decirlo con todas sus letras: este dos de junio decidiremos por dos proyectos de nación; dictadura bolivariana obradorista o democracia liberal por la vía de las instituciones democráticas que hoy agonizan.
Por lo menos esta recta final de la gestión obradorista no ha sido miel sobre hojuelas. La terca realidad se impone y por mucha demagogia, no puede evitar que de tanto escupir para arriba, el gargajo le caiga al embustero.
En su sexenio de escándalo, el presidente ha recetado al país entero el veneno del resentimiento.
No ha habido un solo día donde no emane hiel de su boca y lo sazone con el condimento de la venganza, la polarización e insista en su patraña fundacional del supuesto fraude electoral de 2006.
Todo esto es caldo de cultivo para hacer más hondo el resentimiento con el que nos vemos como nunca los mexicanos.
Ningún presidente del que se tenga registro fue tan nocivo como AMLO. En el sexenio más violento de la historia, su presidente atiza la polarización, ha arrancado las costras históricas que allí estaban y goza con su risa sardónica de echarnos a pelear.
Con propósito de arrebatar la agenda pública para controlar a billetazos medios de comunicación, desde el día uno comenzó la infame mañanera.
Donde montó un escenario mágico musical con cómicos disfrazados de periodistas, y al puro estilo chavista bolivariano, darse vuelo con la propaganda gubernamental para aceitar el culto a la personalidad del líder de la secta.
Por fortuna, SPIN de Luis Estrada, documentó que en ese reality el presidente le miente diario en promedio a los mexicanos, MÁS DE CIEN VECES. ¡CIEN MENTIRAS DIARIAS EN PROMEDIO! ¿Si esto no es tener a un embustero en el poder, qué carajos es?
Desde ese púlpito se denigra a diario la verdad para darle paso al engaño hasta normalizarlo.
Allí mismo se ha carcajeado de las masacres y la víspera de la pandemia más atroz en las últimas generaciones, timó al país mostrando un “detente”.
¿Se acuerda usted de la tragedia de Tlahuelipan? ¿Quién inundó Tabasco? ¿Quién liberó a Ovidio? ¿Quién abandonó a Acapulco tras el paso de Otis? ¿Quién forzó el nombramiento de Lenia Batres como ministra de la Corte? Solo por decir algunas de tantas; la cosa es normalizar tanta patraña, tragedias y muertes hasta minimizar la vida.
A estas alturas es diáfano el pacto de impunidad que celebró en lo oscurito con el taimado de Enrique Peña, el cual dicho sea de paso, ha sido el principal beneficiario del obradorato. Está blindado desde donde se le quiera tocar.
El embustero oficial de Palacio no lo toca ni con el pétalo de una rosa. Cuando esta pesadilla termine, ahí hay una punta de la madeja de tanta felonía orquestada a la nación.
Pero así de diáfana es también la rendija donde podemos vislumbrar que ya se asoma el rostro del fracaso y el repudio social. ¿Se imaginan lo que representa para el sociópata que padece síndrome de Hubris?
El de la “honestidad valiente” que jamás nos pudo explicar de qué vivió de 2007 a 2018, le están creciendo los enanos del circo y Carlos Loret lo volvió desenmascarar con su trabajo denominado El clan, donde pone el dedo en la llaga para mostrarnos que al país lo gobierna una tribu de corruptos donde ya coludieron a las fuerzas armadas.
La dichosa “cuarta transformación” en realidad es que Bejarano el “señor de las ligas” y Gustavo Ponce de 2004 se ven inocentes ante tanta pestilencia de los hijos del embustero.
¿Y qué me dice de la megafarmacia que en voz del propio vocero presidencial nos presumió que solo han atendido en 15 días 67 recetas? Si a esas vamos, el Dr. Simi ha hecho más por la salud de los mexicanos que el embustero y su secta de ineptos.
¿Y el tren maya? Es quizá la obra más destructiva de este gobierno criminal. Han cometido un ecocidio sin precedente en el país.
Para lo único que sí sirvió el tren maya fue para repartir contratos a discreción para enriquecer a los hijos del presidente y sus amigos. Cuando en el futuro nos alcance la sequía, ya saben quién fue el responsable.
¿Se acuerdan de quien aseguró que jamás intervendría para hostigar a ningún periodista? Pues en Palacio está el primer censor de la república.
La lista de comunicadores víctimas del autoritario es larga, de ese tamaño su odio a la verdad: Ricardo Alemán, Pablo Hiriart, Carlos Loret, Jorge Ramos Pérez, Rubén Cortés, Ricardo Gómez, Carlos Marín, Víctor Trujillo, Jesús Martín Mendoza, Ricardo Rocha, Roberto Blancarte, Fernanda de la Torre, y hace unos días, Azucena Uresti.
Cuando se estira la serie de sucesos y tropiezos del presidente en las últimas semanas, es donde también se viene hacia abajo el embuste ese de que viene la continuidad de la “transformación” y de que el dos de junio en las urnas es mero trámite.
Saben muy bien que no les alcanzan los números, no tienen otro recurso que apretar la propaganda, intimidar a opositores, callar a periodistas, ser omisos con el crimen organizado, seguir maiceando al ejército.
Los ciudadanos y la candidata Xóchitl Gálvez nos enfrentaremos a una elección de Estado que ya se cocina desde Palacio Nacional, pero no hay aspirante a tirano que pueda contra el poder ciudadano.
El que se configura a diario en México está en ciernes y llegó la hora de frenar tanto embuste, hay que hacerlo en las urnas hasta desbordarlas de participación. No hay mañana.
A diez meses del cambio de gobierno, a López Obrador se le viene una avalancha de realidad con el despertar de la ciudadanía. Por lo mientras, nos vemos el 18 de febrero en la marcha de defensa a la democracia.
Huroneo
Ante el choque de realidad, los demagogos siempre responden con más demagogia. Después de cinco años, no hay duda, todo absolutamente todo en López Obrador es un fraude.
