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Pluma Libre… La autocracia avanza

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Por Nakachi

  • La autocracia avanza

El pasado veintiuno de marzo, se inauguró una de las tres obras emblemáticas del gobierno de López Obrador, el aeropuerto “Felipe Ángeles”. Su construcción lleva el sello del obradorismo: engaño, aislado, inoperante y corrupto.

Por más que se advierte, la oposición y gente opuesta a este gobierno, caen en la trampa del presidente, pues  de modo deliberado sus corifeos dieron acceso a una vendedora de tlayudas.

Muchos se rasgaron las vestiduras y el presidente nos vuelve, como buen prestidigitador que es, a distraer de los temas sustanciales: salud, economía, seguridad y Estado de Derecho.

Así, tenemos un presidente que en la fatiga cotidiana por ocultar la inexorable realidad ―que lo alcanzó con la revelación del nada modesto y franciscano estilo de vida de su hijo mayor― , lo vemos desgastado y mermado en muchos sentidos pero decidido a llevar al país hasta las últimas consecuencias del despeñadero.

Veamos.

Hay que decirlo con todas sus letras: al titular del ejecutivo federal no le interesa la economía del país, la salud de los mexicanos no le quita el sueño y menos el desabasto de medicamentos oncológicos pediátricos que le ha arrebatado la vida a centenares de niños; tampoco los cientos de miles de fallecidos por la pandemia donde mucho tuvo que ver su fallida estrategia; menos la seguridad pública y las decenas de ejecuciones y qué decir de los asesinatos de periodistas; ya nos mostró que es incapaz de tener la mínima empatía y el menor respeto a la Ley.

De la rendición de cuentas y transparencia le hablamos en chino al tabasqueño. Su gobierno autoproclamado como histórico, en una ironía, trascenderá como el más opaco y corrupto del que se tenga memoria. Lo suyo hasta la obsesión porque es lo único que sabe hacer es lo político. Ellos tienen puesta su atención en conservar el poder. No más.

Después de severas crisis políticas y económicas de fin de sexenio, fue que a partir de 1996 comenzamos a construir un país democrático.

En 1997 el entonces IFE se ciudadanizó y dio pauta a una transición democrática pacífica que se materializó en el año 2000. La llegada en 2018 de López Obrador dio al traste a este proceso.

Comenzó un proceso de deterioro institucional. Hoy nos debatimos y estamos divididos los mexicanos entre los que apoyamos la libertad, democracia y Estado de Derecho; por el otro lado, los que prefieren el país de un solo hombre y su justicia selectiva.

Se hace más robusto este grupo cuando su voluntad es comprada con unas Becas AMLO. A estas alturas, apoyan la popularidad del presidente, quienes reciben alguno estímulo. Por una beca, un puesto público o un tinaco empeñamos nuestro voto. Así de mezquinos solemos ser los mexicanos.

Es necesario distinguir entre qué es una autocracia y una dictadura.

La autocracia designa al sistema de gobierno cuya autoridad recae sobre una sola persona sin ningún límite. La dictadura es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador) o una junta militar con un número de dictadores.

El pasado 17 de marzo el presidente y sus legisladores volvieron a cruzar otra frontera. Se violó la Ley que impedía la propaganda política en tiempos electorales, de modo que por iniciativa del presidente se decretó que los funcionarios de todos los niveles podrán promover el llamado a la tramposa revocación de mandato.

Al margen de si se impugnará y legalizará este decreto es de subrayar el cariz autoritario de nuestros gobernantes, nos dejan claro dos mensajes:

1.- No nos interesa la Ley y de ser necesario, tenemos a nuestros lacayos legisladores para blindar los caprichos del amo; el Estado de Derecho para ellos ha quedado sustituido por la búsqueda de recibir una mirada de agrado de parte del presidente de la república;

2.- Una revocación de mandato que promueve el presidente de México y el partido en el poder y no la ciudadanía nos debería de hacer ruido.

En el fondo, aspiran a los votos ciudadanos para legitimar el plan siniestro de dejar precedente y así poderse quedar en el poder más allá de los tiempos constitucionales. Ese es su nivel de desesperación, en realidad no promueven la revocación, sino que aspiran a una futura ratificación del presidente. ¡Aguas! Si esto no le preocupa, comience a hacerlo, la autocracia avanza todos los días.

El pasado jueves diez de marzo, el Parlamento Europeo, envió una amonestación al gobierno de México, por el constante acoso, amenazas y asesinatos de periodistas que ya hacen a nuestro país el espacio geográfico del orbe más peligroso para el ejercicio de esta profesión. ¿Se acuerdan que hace no mucho el eterno candidato opositor a la presidencia de la república ofrecía no censura y dialogo abierto con los medios de comunicación?

La respuesta de López Obrador es una ofensa a la inteligencia de cualquier persona. Arrogante, presume de haberlo redactado él y su vocero, Jesús Ramírez Cuevas. Quizá muchos no lo alcancen a ver, pero deja claro el siguiente mensaje: Aquí solo mis chicharrones truenan, no nos interesa la opinión del exterior. ¿Por qué creen que insisten en eso de la mal comprendida “recuperación de la soberanía”?

No nos podemos engañar, cada día, López Obrador va despojándose de toda máscara democrática y pisa el acelerador al fondo de la demagogia para distraernos y llevarnos a su falsa realidad, por eso el ataque a la prensa crítica.

Estas actitudes aislacionistas son propias de las dictaduras como la cubana o venezolana, la de Ortega en Nicaragua y qué decir de Putin en Rusia. ¿Qué más tenemos que ver para abrir los ojos?

El viernes once de marzo amanecimos con la noticia de que la Secretaría de Hacienda va a quitar el IEPS (impuesto especial a productos y servicios) para los combustibles a partir del sábado doce de marzo. Otro embuste más.

En realidad el irresponsable titular del ejecutivo federal, en un acto más de demagogia, decide mantener subsidiadas las gasolinas para que el clamor público no haga mella de su proyecto original de ratificación de mandato.

Insisto, les interesa la política, el poder, no la economía.

Este desfalco al erario no le interesa al presidente, de nuevo le vende cuentas de vidrio a los ciudadanos para que como borreguitos trasquilados asistan al matadero de las urnas el diez de abril.

Mientras, se relame la comisura de los labios con su narrativa populista de: “El pueblo pone y el pueblo quita”. Muchos cándidos son incapaces de comprender que él encarna a esa figura abstracta de pueblo.

El pueblo es él, por lo menos en su imaginación.

Con esto, deja claro otro mensaje que debería de prender todas las alarmas nacionales: Por conservar el poder no le interesa la salud de las finanzas públicas. Hasta hace ver inocente al irresponsable de Echeverría con su famosa frase: “La economía se maneja en los Pinos”.

Por si fuera poco, diremos dos asuntos más.

El pasado dieciséis de marzo fue vinculado a proceso, el exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco” por el delito de uso de recursos con procedencia ilícita en la campaña presidencial de 2018.

Se le impuso la medida cautelar de prisión preventiva, quedó tras las rejas en el penal de Apodaca.

Debido al proceso legal por presuntamente cometer el delito de abuso de autoridad, robo y discriminación en agravio de dos policías de su demarcación, la alcaldesa de Cuauhtémoc en Ciudad de México, Sandra Cuevas Nieves fue separada temporalmente de su cargo.

Si viviéramos en un Estado de Derecho en México, el propio presidente López Obrador y la titular de Educación Pública, Delfina Gómez, ambos delincuentes confesos; el primero por asumir la liberación del presunto traficante de drogas, Ovidio Guzmán en 2019; y la segunda por los  delitos electorales, asociación delictuosa y uso ilícito de atribuciones y facultades al descontar indebidamente parte del salario de los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco (2013-2015) para financiar la campaña de su partido, y la propia en el Estado de México.

Puesto en sintonía estos cinco momentos desnudan de cuerpo entero el régimen autoritario que se ha instaurado y se quiere enquistar en nuestro país. Fue a partir de 2018 con la llegada de López Obrador a la presidencia que comenzó este proceso de asalto a la incipiente democracia mexicana.

Los ataques sistemáticos desde el poder al INE no son casualidad, sino tienen causalidad: Están obsesionados en capturarlo para ser juez y parte.

De lograrlo, sería el último clavo al ataúd de la democracia que hoy se defiende por la ciudadanía, sobre todo la clase media a la que el brazo “benévolo” del presidente no ha podido “devorar” porque sale todos los días a rifársela para el sustento diario. Con todo, no es suficiente, nuestra democracia sigue en un vilo permanente.

Qué duro pero no vivimos tiempos ordinarios en este país.

Decía el psiquiatra argentino Hugo Marietán: “El psicópata necesita la crisis. Ser reconocido como salvador. En la paz, él no tiene papel. No la soporta. Por eso las sociedades lideradas por políticos de estas características viven de crisis en crisis.”

Se atribuye a Maquiavelo el quiasmo de que no hay democracia sin libertad, como tampoco puede haber libertad sin democracia.

Decía el autor de Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El Príncipe que el hombre solo valora su libertad cuando ya no la tiene.

Espero que no tengamos que aprender a la mala como nación los mexicanos para luchar por nuestra democracia que es la puerta de entrada a la libertad, y terminemos bajo una autocracia que de pauta a una dictadura.

Se avizoran tiempos delicados. La autocracia intenta enquistarse en el poder. A billetazos los medios tradicionales en complicidad normalizan la tragedia en que nos metió este gobierno.

El grupo morenista se despedaza entre sí. La oposición no aparece, sigue acalambrada por su pasado ante la UIF sin comprender que éste país se nos hace añicos todos los días. Con una inflación como no lo habíamos visto en este siglo y  crisis económica y política de fin de sexenio.

Muchos han caído en la trampa del presidente y piensan en ir a votar el diez de abril en la revocación (ratificación para muchos).

No se desgasten, la verdadera batalla electoral está pactada a celebrarse el próximo domingo siete de julio de 2024.

Por el candidato y partido político de su elección, pero ponga sus baterías para ese día y lleve a muchos a las urnas, nos jugamos nuestro futuro y nuestra libertad. No es cosa menos.

Del “nuevo aeropuerto” ni se desgaste, como todo régimen populista, tiene en la frialdad de los datos duros a su enemigo por excelencia.

Cuando quede atrás la fiesta demagógica de su arranque de operaciones, la inexorable y caprichosa realidad nos dirá lo absurdo e inoperable de la obra.

Su inaccesibilidad y abandonó será más que elocuente. Por mucho que esté bajo la tutela militar.

http://@Nakachi_Mx

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