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LA SINCERIDAD DE MIKEL ARRIOLA

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Por Nakachi

La sinceridad de Mikel Arriola

Como si hallara el hilo negro en la madeja denominada Liga BBVA Bancomer, su presidente, Mikel Arriola declaró en el marco del panel inaugural del Summit 2022 rumbo a la Leagues Cup de 2023, que tener un acuerdo con la MLS beneficiará al balompié nacional en el futuro, pues dijo: “La MLS es una liga que ha crecido mucho, es la de mayor potencial de crecimiento, alrededor del veinte por ciento anual.

Están evolucionando, invierten en la calidad del juego, destacan por supuesto en términos de gobernanza, de la experiencia y relación con el aficionado en el día de partido y de la manera de comercializar. Es un socio del que tenemos mucho que aprender”.

¿En serio, señor Arriola? Si no nos lo dice nunca nos hubiéramos dado cuenta. No dudamos de la capacidad del señor Arriola, por lo menos su paso en la COFEPRIS y el IMSS respaldan que sesos no le faltan. O quizá de tanto estar involucrado en el problema, se atraviese esa línea delgada donde, sin percatarse,  uno se vuelve parte del problema.

Las comparaciones son odiosas, pero necesarias. Pongámonos serios.

Vale la pena esbozar, ¿cómo funciona la MLS?

Fundada apenas en diciembre de 1993, la víspera de la celebración de la copa del mundo FIFA con sede en EE.UU., en 1994.  La MLS está integrada por veintiocho equipos, agrupados en dos conferencias; la Este y la Oeste.

El torneo es largo, inicia en marzo y termina en noviembre. En temporada regular, cada equipo juega 34 partidos. El equipo que más puntos suma en la fase regular recibe la MLS Supporters´Shield. Luego los siete mejores equipos clasificados por conferencia acceden a los playoffs donde entran a la fase de eliminación directa, llamado MLS  Cup Playoffs que concluye con el partido final de la MLS Cup, y así sacar al campeón de la Liga.

En la MLS se tiene el llamado tope salarial. Eso se traduce en que los contratos y transferencias de los jugadores no los manejan los clubes, lo ejecuta la Liga. Así, todos los clubes reciben un salario equivalente a repartir entre los contratos de varios jugadores.

En 2007 con la llegada de Beckham a la MLS, se introdujo una excepción y se metió la figura de la Ley del Jugador Franquicia. Misma que permite a cada club tener hasta tres “jugadores franquicia” en su nómina. Esta ley permitió fichar a estrellas internacionales.

¿Qué tenemos en México?

En 1920 se creó la Liga Nacional, en 1922 se fundó la FMF. Apenas en 2012, cuenta con una organización autónoma respecto a la FMF. A partir de 1996 se disputan en México dos torneos cortos, cada uno con su respectiva liguilla, clasifican a esta de los dieciocho los doce primeros lugares de la tabla general.

Después de once años de ausencia, regresó el repechaje. Las “bondades” de este sistema de competencia ha hecho que en tres ocasiones equipos que llegaron a la liguilla desde el repechaje, se hayan titulado como campeones del torneo: Pachuca (invierno 1999); Morelia (invierno 2000) y Chivas (apertura 2006).

En 2020, con efecto de la pandemia de la Covid-19, la FMF determinó desaparecer la Liga de Ascenso, de un plumazo se decretó hacer pausa del ascenso y descenso en la competición,  mientras se consolida –según nuestros dirigentes del balompié− una segunda categoría para el fútbol mexicano, toda vez que uno de los principales problemas de un equipo recién ascendido, además del deportivo, es el tema económico y su infraestructura.

Cosa que pone en desventaja a los llamados equipos chicos contra los equipos grandes, que aunque desciendan, tienen la capacidad en su cartera para poder regresar al máximo circuito.

El peso del factor económico

Es evidente que el fútbol ha sido  administrado por empresarios que invierten y especulan con su capital económico. El peso de las televisoras en el torneo local es enorme, pues aportan bonos nada despreciables a los equipos.

Aunque esto implique la tan criticada multipropiedad. ¿Existe eso en la MLS?

En esa inercia, lo deportivo pasó a segundo término. Sin duda el poder financiero pudo impactar e invertirse en el desarrollo de competición, infraestructura, fuerzas básicas, pero en la práctica se volvió un lastre cancerígeno pues podrá ser exitoso en términos económicos pero en lo deportivo lo condena a la mediocridad.

Valdría la pena valorar si está funcionando en lo deportivo el sistema de competición con dos torneos cortos. Todo resulta tan rápido, tan exprés, tan instantáneo que  como dice el propio José Luis Sánchez Sola el “Chelis”: “El fútbol de primera división es un tren bala, te subes y después ya no te puedes ni te quieres bajar”. O como decía Monterroso: “En las vías rápidas siempre suceden accidentes”.

Al ser tan fugaz nuestro fútbol, no se permite el entrenador el tiempo para acompañar en su formación al jugador, y que sea el barniz del tiempo y de su esfuerzo lo que haga que cuaje. El torneo está diseñado para dar resultados en lo inmediato.

El entrenador no está pensando en el largo plazo, es más en una paradoja de la vida, si lo hiciera de ese modo se estaría dando un balazo en los pies. Él piensa en el ahora, en el partido del próximo fin de semana, donde si no da resultados, lo echan. Por esa razón la regla 20/11 no funcionó, de nuevo, se ponderó lo económico sobre lo deportivo.

Ese ahora se traduce en hacer uso de los jugadores ya formados. Esto visto en amplia perspectiva, genera echar mano de los servicios de un experimentado extranjero, al que por cierto, resulta más barato y eficaz en contraste con un nacional, al que hay que dedicarle tiempo, esfuerzo y dinero.

En el momento y con la cortina de humo de la parafernalia deportiva no se ve el impacto. El tren bala sigue su curso y va tan veloz que no nos permite ni parpadear.

El problema se refleja cuando a una competición de corte internacional acudes con tus seleccionados, no traes delanteros que definan en esa parte del terreno del juego por una razón simple: en el torneo local esa chamba la hizo un extranjero. La ausencia de nueves nacionales, en parte se debe a este factor. Las cosas como son.

Ante la incapacidad actual, otro reflejo de nuestros pocos alcances ha sido acudir al pasado, a las viejas glorias. Hoy muchos piden el regreso de “Chicharito” o de Vela, etcétera. En otro tiempo lo mismo hicimos con Cuauhtémoc Blanco, Luis Hernández, Hugo Sánchez. No aprendemos que no aprendemos.

¿Perder la categoría? ¿Por qué siempre nos estamos viendo el ombligo?

Valdría la pena evaluar sin complacencias,  si es buena idea prescindir de la segunda división,  el ascenso y descenso. Al no haber la posibilidad de perder la categoría pero tampoco la aspiración de conseguirla, todo queda arribita, entre compas. Al corto y mediano plazo puede resultar intrascendente, pero pegará en el futuro. Al  tiempo.

Por qué no emular los pasos de las ligas exitosas como la Premier o la Española, donde al término del torneo, descienden y ascienden tres equipos. ¿O en México seremos tan cuentachiles que siempre va a imperar lo económico sobre lo deportivo?

En lo personal, tengo años viendo de cerca el fútbol amateur, existe tanto jugador por lo menos con más hambre de triunfo que lo que vemos en el cómodo sector profesional, que de verdad sí se la rifan, se rompen el alma en cada juego.

El problema es el de siempre: solo unos pocos tienen las relaciones públicas o recursos económicos para alcanzar una oportunidad, la mayoría están condenados a solo mirar de lejos. ¿Cuántos talentos deportivos no se han desperdiciado a lo largo y ancho del país por el propio sistema de la Liga? ¿O qué, aplicamos eso de que ojos que no ven, corazón que no siente?

Con la reforma de CONMEBOL en 2017, la Copa Libertadores cambió su calendario. La Liga MX eligió dejar de participar  bajo el argumento de “no tener problemas de calendario, así lo dijo el entonces presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla. No hubo un punto de equilibrio, un punto intermedio. Dejamos de medirnos con los equipos de Sudamérica para continuar con los de nuestra zona confortable en la CONCACAF. Una vez más, todo mal.

El tema educativo

Siguiendo la tradición de otros deportes en EE. UU., la MLS al jugador lo incorpora al sistema nacional universitario, desde donde los cuatro años que dura la carrera, se defienden los colores de su universidad. En este proceso los jugadores saben que de coronarse, será la vitrina que les permita en el draft que organiza la MLS, ser fichados en un equipo profesional.

En lo físico buscan dar el todo si es que quieren trascender. Dar el todo es literal, es dar todo; es equilibrar lo deportivo y académico. Quien descuida el tema académico para centrarse en lo deportivo, fracasa. O viceversa. Así sin miramientos.

En México, esta visión no la hemos tenido, también estamos reprobados. Si acaso algunos clubes han sido sensatos y comienzan a ofrecer la capacidad de insertar al jugador en el tema educativo.

La urgencia por dar resultados en el sistema de competencia que atiende a lo inmediato, no permite ampliar la perspectiva para ver hacia el futuro. ¿Cuántos jugadores se pierden cuando por la edad son “desechados” de sus equipos y no tienen con qué defenderse porque solo aprendieron a jugar fútbol? Muchos no tienen más opción y terminan de “talachas” en el sector amateur. ¿En serio, esos son nuestros alcances?

Qué ironía, como dice el entrenador de fútbol profesional, “Chelis”: “Cuando el jugador le alcanzaba en lo físico,  no entendía con la cabeza el juego. Cuando por fin entiende el fútbol con la cabeza, el cuerpo ya no le da.”.

En México el jugador es un trabajador privilegiado. Si no véalo. Trabaja la mitad del día (entrenando), haciendo lo que le gusta. Súmele la bondad económica de sus sueldos, los reflectores, la fama, el prestigio. Si no está bien agarrado en este “tren bala”, se tambalea y se cae.

Así, cuando termina su jornada laboral por ahí de las dos de la tarde en adelante, no tiene un plan a seguir. Si la ociosidad es la madre de todos los vicios, no nos sorprendamos cuando sepamos de los excesos de los jugadores. El sistema se los permite. ¿Por qué no pensar en un proyecto de largo aliento que forme además de futbolistas, excelentes seres humanos capaces de trascender más allá del fútbol?

Si de verdad se quiere corregir el rumbo en el máximo circuito nacional y que esto se traduzca en resultados positivos, se necesita un diagnostico profundo, serio, sin ambages ser autocríticos, sin complacencias para no autoengañarse. Acto seguido, tomar decisiones sabias e inteligentes que coadyuven a mejorar de modo integral: jugadores, competición, cuerpo técnico; del arbitraje qué decir, tecnología, infraestructura, etcétera…

Todo fuera tan ligerito como decir que hay que seguir los pasos de la MLS… Bueno sí, desde hace buen rato EE.UU., nos rebasó por la derecha y ahora es el gigante de la CONCACAF.

No le crean  a quien suscribe, que la realidad hable por sí misma. En ese sentido, sí tiene razón el señor Arriola y hay que agradecerle su sinceridad: “Tenemos mucho que aprenderle a la MLS.”

P.D.  En el juego electoral, por más que den patadas de ahogado, la oposición se llevó goleada.

Marcador final: cuatro entidades para el oficialismo; dos para la Alianza.

No es cierto eso de que hay tiro, fueron vapuleados. Reconocer la derrota es el primer paso para comenzar a corregir. De lo contrario, se vaticina una goleada más holgada en 2024.

Lo mejor de la jornada: el árbitro. Siempre magistral. Aplausos para el INE.

https://twitter.com/Nakachi_Mx

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