EL PAÍS DEL MIEDO / BITÁCORA DE LA LUNA

21/05/2025
El país del miedo / #BitácoraDeLaLuna

Hoy 20 de mayo nos despertamos con otra noticia de terror: dos funcionarios de alto nivel del Gobierno de la Ciudad de México fueron ejecutados a plena luz del día.
No se trata de un crimen más en la larga lista de violencia que nos atraviesa, sino de un mensaje directo y brutal al poder mismo, a la jefa de Gobierno entrante y a la élite del gobierno federal.
Ya lo había dicho Héctor de Mauleón con una claridad incómoda pero necesaria: AMLO le heredó un narco-gobierno a Claudia Sheinbaum.

Una estructura profundamente infiltrada, corrompida por el crimen organizado, donde ya no es posible distinguir con certeza dónde termina el poder legítimo y dónde comienza el dominio del terror.
Y si eso le puede pasar a funcionarios resguardados, escoltados, protegidos por el aparato estatal, ¿qué nos espera a nosotros, los ciudadanos de a pie?
¿Qué esperanza puede tener el campesino desplazado, el comerciante extorsionado, el joven asesinado por estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado?
Lo más escalofriante no es sólo el crimen, sino la normalización del crimen. La repetición de balaceras, amenazas, cuerpos colgados en puentes, mujeres desaparecidas, niños asesinados.
México es ya un campo de guerra sin declaración oficial de guerra. Y lo que antes era excepción, hoy es rutina.

Vivimos en un país donde el silencio se ha vuelto autodefensa, donde mirar hacia otro lado es instinto de supervivencia. Un país donde el miedo ha reemplazado a la indignación, y donde la impunidad es la norma, no la excepción.
No basta con decir ‘no estábamos así’, o ‘con Calderón también’, o ‘en el PRI era peor’. No se trata de competir por ver quién tuvo el infierno más cálido.
Se trata de aceptar que la casa está en llamas y que quienes debían apagar el fuego, lo avivaron.
El asesinato de estos funcionarios no es un hecho aislado. Es parte de una estrategia de poder basada en el terror.
Y cuando el crimen organizado ya no se limita a controlar territorios, sino que busca controlar decisiones de gobierno, presupuestos, nombramientos e incluso la agenda nacional, entonces lo que tenemos no es un gobierno fallido: es uno sometido.
Los ciudadanos ya no exigimos justicia. Exigimos sobrevivir. Y eso, en una democracia, es la confesión más amarga del fracaso. ¿Hasta cuándo?
Huroneo

Y como si el terror no fuera suficiente en las calles, ahora se asoma por la ventana de la economía. Estamos en la antesala de una crisis fiscal severa, con finanzas públicas al límite y un gasto social insostenible.
Sin embargo, desde la Secretaría de Hacienda alguien se atrevió a declarar que “los mexicanos tienen ahorros suficientes” para enfrentar la tormenta.
¿Eso es terror o burla? Porque decirle eso al pueblo que vive al día, al que ya ni le alcanza para lo básico, es como ponerle una curita a un cuerpo que sangra por dentro.
Es una frase dicha desde el privilegio, no desde la realidad. Y mientras nos dicen que estamos “con ahorros suficientes”, los precios suben, la deuda crece y el futuro se encoge.
No pues que siga la “transformación…”