EL FIN DE LA REPÚBLICA MEXICANA / BITÁCORA DE LA LUNA

31/05/2025
El fin de la República Mexicana / #BitácoraDeLaLuna
El 4 de octubre de 1824, se constituyó la República Mexicana. Solo nos duro 200 años, ya que este primero de junio de 2025, la exrepública asiste no a una elección democrática más, sino al cierre silencioso y devastador de su ataúd como ente republicano.
La toma legal —aunque ilegítima— del Poder Judicial por parte del Ejecutivo, orquestada desde Palacio Nacional, consuma lo que muchos advertimos desde hace años: la disolución del pacto republicano que por más de dos siglos sostuvo a nuestra nación.
La República mexicana no ha sido perfecta. Ha sido, como toda obra humana, una construcción inacabada, llena de tropiezos, traiciones y regresiones. Pero también ha sido una aspiración constante por construir una nación guiada por la división de poderes, el imperio de la ley y los contrapesos.
Nació como un ideal en 1824, después del colapso del efímero Imperio de Iturbide. La Constitución de ese año fue el primer intento serio por organizar un Estado federal, con poderes distribuidos y limitados, inspirado por la experiencia estadounidense.
En 1836, la República fue sustituida por el centralismo de las Siete Leyes, un retroceso que encendió la rebelión de Tejas y otras regiones. Fue el pretexto que tuvo como corolario el nacimiento de la República Texana.
La Constitución de 1857, nacida del fuego liberal, intentó rescatar el proyecto republicano, pero fue ahogada por las guerras internas y las ambiciones caudillistas. Finalmente, la de 1917 logró integrar, una síntesis de justicia social, federalismo y republicanismo moderno. Esa fue la base de nuestra vida política durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Pero el ideal republicano tiene un requisito innegociable: la separación de poderes.
Cuando el Ejecutivo captura al Legislativo y al Judicial —como ha sucedido ya en México—, lo que queda es un régimen autoritario, maquillado de democracia.
De las Legislaturas federales, LXIV, LXV y LXVI nada digno podemos decir. No son legisladores los de MoReNa, son lacayos besamanos del poder ejecutivo.
Las reformas de López Obrador al Poder Judicial, presentadas como “transformación” y supuesta “democratización”, no son más que la última fase de un plan deliberado alineado al Foro de Sao Paulo: concentrar todo el poder en el Ejecutivo, destruir los contrapesos institucionales, y gobernar a través de la voluntad de un solo hombre y su partido.
El aparente quiebre del pacto de impunidad entre AMLO y Peña Nieto, según la revelación de Raymundo Rivapalacio, no es señal de justicia, sino de cálculo. Quien rompe el pacto, no lo hace por ética, sino porque ya no necesita a su antiguo cómplice. Ya no hay freno interno. La maquinaria del poder ahora avanza sin oposición real.
Este primero de junio se confirmará la entrega total del Estado a una nueva hegemonía que, disfrazada de pueblo, destruye al pueblo. Sin autonomía judicial, sin Congreso libre, sin prensa crítica y con una sociedad civil intimidada o cooptada, lo que queda ya no puede llamarse república.
La historia mexicana no está exenta de tragedias. Pero pocas tan dolientes como esta: ver morir a la República legalmente, con boletas en las urnas y sin disparar un solo tiro. Fue esto, y no otra cosa, lo que planeó desde siempre el embustero y su secta: acabar con el pacto republicano bajo la retórica de la justicia.
A los que aún aman esta tierra les toca ahora decir la verdad: México ya no es una República democrática. Lo que comenzó como esperanza se ha convertido en patraña. Y a veces, el peor enemigo de una nación no es el dictador, sino el ciudadano que prefiere mirar hacia otro lado para recibir migajas con el nombre de una beca.
Huroneo
No se preocupen, no ha pasado nada grave. Solo murió la República. Fue por causas “naturales”: exceso de votos, abuso de poder y sobredosis de aplausos.
El cadáver está fresco, pero sonriente: lo maquillaron con propaganda y lo vistieron de democracia. Descanse en poder y que a los disidentes Dios nos tome con los cristales del auto blindados.