EL FARO DE MORALIDAD | ADRIÁN VALENCIA

07/10/2025
- ¿Qué queda cuando se apaga el faro? Adrián Valencia desnuda el derrumbe ético del movimiento que prometió regenerar la vida pública.
El faro de moralidad
Atrás quedó esa famosa frase que inmortalizó el fundador de la 4T, Andrés Manuel López Obrador: “Morena debe ser faro de moralidad”. Hoy, el movimiento político que llegó a la Presidencia hace 7 años, atraviesa numerosos escándalos que derriban uno de sus principales conceptos fundacionales y la que quizá es su bandera electoral más rentable.
Morena ya no puede venderse como eso. En el ejercicio de gobierno devoraron sus principios. Se convirtieron en la antítesis de lo que juraron combatir: el abuso desde el poder político. La crisis de su imagen es en realidad una crisis de fondo que incluye casos de corrupción y enriquecimiento a expensas de la administración pública.
Por si fuera poco, las pugnas internas exhiben la descarada ambición por controlarlo todo: presupuestos, candidaturas, posiciones en el gobierno. Contrario a lo que por años pregonó su líder moral, el morenismo se ha descarado en ese cáncer tan criticado en el pasado: el amiguismo, el influyentismo, la rampante corrupción al amparo del poder.
Esa desfachatez y ese cinismo, que hoy salpican a los hijos del ex presidente, a los coordinadores parlamentarios y a destacadas figuras del partido; ha comenzado a hacer mella en las simpatías electorales que hoy corren por rumbos separados. Mientras la presidenta Sheinbaum goza de su luna de miel electoral, la aprobación del partido ha caído cuando menos seis puntos porcentuales.
Lo que algunos analistas catalogan como el «verano negro» de Morena, ha dejado en la lona a más de uno. Ahí están Fernández Noroña, Andy López Beltrán y Adán Agusto López. Quienes se advertían intocables, han sido evidenciados de manera sistemática por sus jugosos negocios y sus fortunas obscenas que contrastan con la realidad que viven la mayoría de los mexicanos.
Pero además, el flagelo de la corrupción; sí, ese que tanto criticó el fundador de Morena, ronda como un fantasma los rincones más profundos del movimiento. No hay esfera de gobierno, poder o espacio que se salve. Desde el Congreso hasta las Fuerzas Armadas. Morena se volvió una gangrena para este país.
El faro de la moralidad nunca existió. Fue un concepto retórico hecho para ganar elecciones. Pero si alguna vez sirvió, hoy se ha topado con pared. Ante los ojos de la opinión pública, incluida la prensa internacional, el movimiento populista que arribó al gobierno en México, está manchado por los peores males.
Ya decía siglos atrás el emperador romano Marco Aurelio, que el poder no corrompe a las personas, sino que más bien revela quienes son realmente. Y ahí está su reflejo, en un espejo del que no pueden escapar.