EL ENGAÑO | OPINIÓN ABOGADO NAKACHI

23/09/2025
- Desde Bitácora de la Luna, Nakachi desnuda el régimen de simulación y expone el punto de quiebre institucional que asfixia a México.
El engaño
Prometieron un gobierno de principios grabados a fuego en el mármol de la historia: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo de México. Y, sin embargo, esas tres máximas se convirtieron en la trilogía de su traición.
Mintieron con descaro, saquearon con impunidad y entregaron la patria al verdadero poder que hoy gobierna: el crimen organizado.
La demagogia fue el disfraz perfecto para un proyecto que, lejos de regenerar la vida pública, la corrompió en sus cimientos. El embustero y su movimiento no solo incumplieron lo prometido: destruyeron el andamiaje democrático que los condujo al poder.
Colonizaron el INE (ingenuo quien espere la elección intermedia en 27 para equilibrar la balanza, estos ladrones se robaron las instituciones en el sexenio pasado), el Tribunal Electoral, la CNDH, la UIF, mataron el poder judicial y cualquier institución que pudiera hacerles contrapeso.
Lo que nació como esperanza se transformó en un régimen de simulación donde la legalidad se volvió un simple ornamento.
El escándalo del “huachicol fiscal” es apenas el síntoma más visible de la podredumbre. Todos los caminos de esta cloaca apuntan a Palenque en casa de la Chingada. El punto de quiebre está aquí: la traición con el golpe de estado aplicado a los mexicanos ya no puede ocultarse bajo el telón de la propaganda.
Y la paradoja asfixia a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum decide encarar la justicia y encarcelar a Adán Augusto por sus vínculos con La Barredora, sepultará para siempre la narrativa mesiánica del demagogo mayor.
Sì no lo hace, demostrará que su mandato no es más que la prolongación de un régimen de impunidad. Sheinbaum, ¿qué hará? ¿Seguir mintiendo, robando y traicionando al pueblo de México?
🐾 Huroneo
Un apunte final, incómodo pero inevitable en este 19 de septiembre: la tragedia del colegio Rébsamen. Cuarenta y nueve vidas que no cayeron por el terremoto, sino por la corrupción y negligencia de la entonces jefa delegacional.
Hoy, en lugar de rendir cuentas ante un tribunal, Sheinbaum despacha desde Palacio Nacional, maromeando para cuidar la espalda de su amo y señor.
Así está el país: premiando la traición, castigando la verdad.
Una lectura que exige no sólo ojos abiertos, sino conciencia afilada.
Esta columna forma parte de Bitácora de la Luna, un espacio para pensar el país desde el filo de la crítica.