EL AÑO DE LA RADICALIZACIÓN Y LA POLARIZACIÓN
PLUMA LIBRE
La opinión del Abogado Rolando Nakachi
09/03/2023
El año de la radicalización
Cuando los demagogos chocan con la realidad, su respuesta es intensificar la narrativa de engaño y pisar a fondo el acelerador de polarización.
Engaño, odio y pobreza son alimento del populismo, estos componentes le son inseparables a este virus que le chupa el cerebro a las personas.
Ayer la señora Rosa Icela, supuesta titular de la SSPC, nos lo demostró sin vergüenza alguna: el presidente y líder de la secta la ‘ungió’ con su mano ‘todopoderosa’; ella se dejó inmolar por el ‘mesías’ republicano.
Para que cuaje el vínculo entre el falso profeta y su grey, se necesita de ciudadanos inocentes o resentidos, incapaces de separar su manipulada esperanza de la terca realidad.
Es una ironía, pero en el tiempo en el que más información disponemos y tenemos acceso al conocimiento, es cuando la estulticia en la población está desatada.
Esta devaluación en muchos frentes de nuestra sociedad es caldo de cultivo puro para el demagogo. Donde hay cavidad para la simplicidad, ahí hace acto de aparición como buitre, el oportunista engañabobos.
La publicación en el DOF del siniestro plan b en materia electoral, materializa lo que muchos advertimos hace mucho: López Obrador es un aspirante a dictador en la Latinoamérica de siglo XXI.
2023 es el año de despojarse de toda máscara y de una vez dar el asalto a la democracia. Para que no quepa duda de la felonía, decretaron el 2023 como el año de “Francisco Villa”, un asesino a sueldo, ladrón y misógino que el nacionalismo revolucionario priista del siglo pasado llevó a los altares patrios.
Allí está el símbolo y el significado de lo que trata el proyecto este año. Y vaya que lo siguen a pie de juntillas.
El ataque desde el poder al órgano electoral autónomo es la joya de la corona del proyecto obradorista adscrito al Foro de Sao Paulo. Les urge contar los votos a ellos y matar de una vez por todas la incipiente democracia mexicana. Así como lo hicieron Chávez en Venezuela y Orteguita en Nicaragua.
Lo que vemos a diario es el reflejo de la desesperación y la evidencia que cada día López Obrador se irá obstinando más a la consumación de su obra.
Pero tampoco él puede solo, necesita de una combinación inmoral entre pueblo y lacayos en los tres poderes de la República.
El vínculo sentimental (no ideológico) con sus seguidores necesita alimentarse todos los días desde su púlpito de carroña y migajas por medio de becas clientelares. El fin justifica los medios. Algunos ejemplos:
- Ataque a la SCJN hasta intimidarlos en redes sociales por medio de sus devotos. Como lo hizo ayer en las puertas de la Corte con un rifle la guatemalteca nacionalizada mexicana y seguidora de AMLO, Julia Klug Archila;
- No parará el discurso de odio hasta tatuarles y sellarles el resentimiento en su corazón a los mexicanos para culpar de todos los males del país al expresidente Calderón. En un pueblo unido no entra el virus populista;
- En los últimos días hemos sido testigos de lo que son capaces en la secta morenista. Los ganadores en los primeros puntajes obtenidos entre los 508 aspirantes a consejeros del INE fueron connotados miembros de ese grupo. Vaya coincidencia. Allí está la suspicacia, que morenistas miembros del Comité Técnico hayan filtrado las preguntas. La desconfianza crece cuando se sabe que ahí tiene metidas las manos el presidente de México a través de sus comisarios Enrique Galván Ochoa, Andrés García Repper y Evangelina Hernández. ¿Si pese a la presión social son capaces de sostener en la Corte a una plagiaria como ministra, usted cree que no se atreverán a hacer trampa en un examen para capturar al INE?;
- Hoy en su espectáculo matutino, el señor López se lanzó contra los EE. UU. El discurso favorito de los déspotas latinoamericanos. Con sus ínfulas de protector de nuestra soberanía, ‘amenazó’ con lanzar un programa que informe a los mexicanos que viven en el país vecino del norte, qué hace nuestro gobierno en materia de seguridad. Y agregó que si se sigue portando mal el gobierno de EE. UU. con nosotros, nuestro ‘prócer’ promoverá que no se vote por el Partido Republicano. Ya me imagino lo espantados que están del otro lado los políticos estadounidenses ante la rectitud del presidente mexicano.
Cuando se busca hacer un recuento de qué hicimos para llegar a estas instancias donde la democracia agoniza, es inevitable preguntarse quiénes han orquestado este plan perverso de retroceso del país. Decía el español Nobel de literatura, Jacinto Benavente: “Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados”.
Para ejecutar su obra destructiva, AMLO echó mano de la complicidad de sus lacayos legisladores en el Poder Legislativo para legalizar sus actos. Esto tómelo en cuenta para cuando se tenga que votar por ellos. Pero también necesitó de sus medios de comunicación afines como La Jornada para normalizar la tragedia y tantas patrañas dirigidas al pueblo de México.
De la oposición ni qué decir. Si el presidente de México que eligió la democracia en 2018 se vuelve un tirano más en Latinoamérica, mucho tendrá que ver nuestra clase política de oposición.
El dueño de MC no quiere perder sus prerrogativas y juega a ganar perdiendo. “Amlito” Moreno dividiendo al PRI, Marko Cortés tibio y mezquino como siempre, de Zambrano en el PRD, ¿qué decir? Ellos que conocen al dedillo al demagogo son unos cobardes que se mantienen a la distancia en este tiempo aciago para la República.
Juntos no han sido dignos representantes de la patria y por supuesto, la historia los juzgará por pusilánimes apocados. En sus narices el demagogo se radicaliza más y ellos siguen encogidos. Así han de tener la cola para que de su boca solo salga un silencio de complicidad.
Si viviéramos en tiempos ordinarios, con la marcha ciudadana del pasado 26 de febrero, donde se clamó por el respeto al órgano autónomo electoral, un mandatario sensato hubiera escuchado a sus gobernados y respondido vetando su macabro plan electoral a modo de conciliar al país.
Pero no, estamos parados en una bomba de tiempo donde el presidente está dispuesto no solo a jugar con fuego, está decidido a incendiar México. Nada extraño, son rasgos de todo fanático extremista.
Cuando esta angustia comenzó en diciembre de 2018, se decía mucho en chunga algo que casi cinco años después da terror sólo repetir: “El sueño de Andrés será la pesadilla de México”. Esperemos que dentro de poco la Corte sea digna de nuestra historia y de su rol en la República para corregir el rumbo.
Qué terrible, el futuro de 130 millones de mexicanos en las manos de once ministros para frenar al fanático radical que eligió la democracia mexicana.