A CADA CAPILLITA / LA OPINION DEL ABOGADO NAKACHI
A cada capillita
14/12/2023
Ya encarrerados en la recta final del sexenio, no existe un solo día donde la terca realidad se imponga y nos anuncie que estamos ante el gobierno más violento del México posrevolucionario de la mano del presidente más vil del que se tenga registro.
Con esta combinación de muerte y ruindad desde el poder es que se nos presenta con la bandera de la continuidad, la Dra. Sheinbaum.
En la parafernalia del poder, AMLO jamás pensó en algún día rendir cuentas. Por mucho engaño, tarde que temprano el opaco tendrá que dar cuentas de tanta ineptitud y vileza.
A los mexicanos la corta memoria nos caracteriza, se nos olvida que el ataque sistemático a nuestro vástago del desarrollo democrático, el INE, comenzó el viernes seis de julio de 2018.
Sí, apenas a los cinco días de arrollar en la elección presidencial de ese año y de que el propio órgano electoral lo reconociera como presidente legítimo.
Desde entonces no para en su intentona por colonizarlo. Gracias a la fuerza ciudadana el presidente sufrió un descalabro más en su intentona por extender su mandato, en 2021 perdió la elección intermedia.
En la derrota, lanzó al ruedo electoral a la parca señora Sheinbaum. Era el tiempo donde presumían en Palacio que no había oposición.
Pese a los millones de pobres que se han incrementado en los últimos cinco años, más el número espeluznante de muertos que pudieron evitarse por la pandemia de la Covid-19 muchos incautos aún siguen obnubilados por el demagogo.
En esta administración destaca la paradoja: un presidente popular pero reprobado en todos los rubros.
El que apenas en 2018 tenía todas las soluciones, hoy tiene unos pretextos pueriles pero pegadores con un grupo reducido de fanáticos a los que les chupó el cerebro para inocularles con secreción salivar la patraña fundacional de su movimiento, el supuesto fraude electoral de 2006, donde esculpió al villano favorito, el expresidente Calderón y la joya de la corona de todas las excusas: el neoliberalismo. Al resto, no para de comprarlos a billetazos.
Con información que se hacen llegar con todo el aparato del Estado, ya leyeron que en 2024 por la vía legal los espera una derrota en las urnas. Por más que lo intentan, no pueden parar a Xóchitl.
Pero cuidado, cuando el autócrata sienta pasos, buscará emular los pasos de los dictadores Ortega y Maduro: fincarles delitos a sus oponentes políticos hasta desaparecerlos del juego político. Que nadie se diga sorprendido.
En las últimas semanas al embustero oficial no le sale nada. Otis desnudó lo ruin de su fuero interno.
Su esquirol, Samuel García, le salió balín. Los resultados de la PISA exhiben que la continuidad en la que se ha montado Claudia Sheinbaum es apostarle a un retroceso que nos avienta al siglo XIX.
Hoy mismo forzaron a renunciar al presidente del TEPJF para poner a una súbdita de la secta y la ciudadanía solo se las guarda. Al tiempo.
Como ya olieron lo que se les viene, y ante el choque con la realidad, la respuesta ya la conocemos: más demagogia aderezada de odio y ocurrencias deliberadas.
Encarrilados en el plan de destrucción del entramado institucional que sostuvo a este país en las últimas décadas, la manipulación es siniestra: “si no votas por nosotros el bloque conservador te va a quitar tus becas y programas sociales que el presidente te otorga.”
¿Ven por qué MoReNa es una fabrica de pobres y hacen apología de la mediocridad?
No podemos ser ingenuos, las iniciativas del gobierno federal van dirigidas al establecimiento del país de un solo hombre autoritario que a estas alturas ya piensa en cómo mantener el fuero. Sin éste, tiene tanto qué explicar en los tribunales.
Necesitan destruir lo que recibieron. Si no han podido terminar su obra es por su ineptitud y la aún decencia de jueces, magistrados, legisladores, prensa libre y sobre todo por una sociedad −que somos mayoría− que día a día resiste el embate destructivo de la democracia.
Vea el tamaño del cinismo y su poca estatura política: ya placeó al dictador cubano en las fiestas de Independencia, también lo agasajó con la condecoración del Aguila Azteca, tiene nexos con la dictadura de Ortega, reconoce y defiende al dictador Nicolás Maduro. ¡Caray! ¿Qué más tenemos que ver?
El poder ciudadano en una democracia es total. En 2021, la respuesta ciudadana al proyecto autoritario fue salir a votar para decirle no a la dictadura. Que no los engañen que son invencibles.
En este momento, MoReNa ya perdió el control de lo que sucede electoralmente en su bastión que fue la Ciudad de México. En 2024, el nuevo jefe de gobierno destapará una cloaca pestilente donde correrán espantadas las ratas de la coladera.
El destructor no parará los embates por arrebatarnos la democracia. Ya probaron las mieles del poder y como es con todo populista oportunista, no querrán irse por la buena ni por las de la ley.
Para desgracia del priista de cuna el tiro electoral en 2024 es de dos; Xóchitl contra Claudia. No hay más. En ese mano a mano, la ingeniera constructora conciliadora lleva ventaja sobre la científica e hija predilecta del exterminador de la democracia.
No será una jornada electoral ordinaria, ni un juego del mundial de la FIFA para soñar con el pase al quinto partido. Los mexicanos nos jugamos nuestro futuro.
La elección de Estado que se cocina desde Palacio podrá comprar algunas voluntades, pero no a una nación. México es más grande que el destructor.
Por lo menos Peña pactó su salida (hoy se burla de la nación a la distancia), pero AMLO no podrá hacerlo con Xóchitl.
Como reza la sabiduría popular: “A cada capillita, le llega su fiestecita.”
Hoy si lo digo con seguridad, presidente, está en una disyuntiva. De cara a la elección, vaya preparando sus argumentos para irse de Palacio Nacional o vaya haciendo las maletas con destino a la cárcel más grande del mundo en el “paraíso cubano”, porque seguro que después del próximo primero de octubre cuando acabe la pesadilla populista, en el recuento de los daños, millones lo queremos ver dando explicaciones de su obra destructiva.
Huroneo
Una estampa de la tragedia populista mexicana. Mientras en su toma de posesión, el “Loco” Milei tuvo de invitados a los presidentes de Uruguay y de Ucrania, Luis Lacalle Pou y Volodímir Zelenski; en México, López Obrador en su toma de protesta en 2018, nos trajo al sátrapa y asesino, Nicolás Maduro.
¿Así o más clarito?