LA DERECHA (NUEVA IZQUIERDA) AVANZA EN AMÉRICA LATINA | RODRIGO GONZÁLEZ ILLESCAS
22/12/2025
«En tiempos de giros y rupturas, aquí comienza el Punto de Quiebre…»
La derecha (nueva izquierda) avanza en América Latina
El discurso tradicional de «izquierda» y «derecha», ese dualismo entre progresistas, conservadores, revolucionarios o defensores del statu quo, se ha convertido hoy en una discusión retrógrada. La nueva configuración política en América Latina ya no se define únicamente por viejas etiquetas ideológicas, sino por una división más clara y profunda: quienes están a favor de la democracia, los derechos humanos y las libertades sociales, económicas y políticas, y quienes, con sus acciones, atentan contra ellas, incluso cuando en el discurso dicen defenderlas.
Un ejemplo evidente es Venezuela. Quienes llegaron al poder bajo el amparo de libertades democráticas se autodenominan «de izquierda», aunque en la práctica representan una deriva autoritaria comparable a dictaduras latinoamericanas del siglo XX como la Argentina de Perón o la República Dominicana de Leonidas «el chivo» Trujillo.
Se trata de gobiernos que concentran el poder, debilitan las instituciones y restringen libertades fundamentales.
El filósofo italiano Norberto Bobbio, en su obra Derecha e izquierda, explica que la diferencia esencial entre estas corrientes radica en cómo comprenden la desigualdad social y su relación con la democracia. No se trata solo de un debate económico, sino de una visión ética y política sobre la libertad y el poder.
Desde esta perspectiva surge la reflexión sobre el avance de la llamada «derecha», que bien podría entenderse como una nueva izquierda dentro de esta reconfiguración política regional: gobiernos que, más allá del rótulo tradicional, muestran un mayor compromiso con la defensa de las libertades democráticas.
En ese contexto se inscriben experiencias recientes en países como República Dominicana, Panamá, El Salvador, Ecuador y Chile, con la posibilidad de que esta tendencia continúe en otros países de la región.
Los votantes actuales, a la luz de la experiencia con gobiernos anteriores, parecen confirmar que la historia sigue siendo la mejor maestra para anticipar el futuro. Todo indica que el péndulo político vuelve a girar, impulsado más por el cansancio frente al autoritarismo, la incapacidad de dinamizar las economías y responder a las necesidades de los gobernados que por una fidelidad ideológica clásica.
Ninguna ideología es sustentable cuando no se gobierna para todos.
