LA REPRESIÓN DISFRAZADA DE REDENCIÓN OPINIÓN DEL ABOGADO NAKACHI

24/11/2025
- ¿Y si el proyecto de transformación fuera en realidad un manual de sometimiento?
La represión disfrazada de redención

Hay gobiernos que no necesitan anunciar su vocación autoritaria: lo reflejan desde su respiración.
El actual, encabezado por la suplente de confianza del embustero que despacha en casa La Chingada, se quitó la máscara de demócrata y optó por una ruta que no es nueva, que no es fresca, que no es transformación: es el viejo guion del poder absoluto.

Mussolini lo dijo sin rubor: “Todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado.” Y esa frase, que debería erizar la piel de cualquier demócrata, es la brújula de esta secta criminal.
Lo que muchos celebran como “proyecto social” no es más que la repetición de un libreto que ya conocemos:
- Polarizar
- Empobrecer
- Adoctrinar
- Reprimir
La pobreza funciona como combustible electoral. Mientras más dependiente sea un pueblo, más dócil se vuelve a los pies del gobierno. No se gobierna para liberar, sino para sujetar. Quieren peones a perpetuidad.
En nombre del pueblo se justifican excesos, persecuciones, linchamientos mediáticos… y ahora, censura abierta. Todo aquel que no aplauda, estorba. Todo aquel que cuestione, “traiciona al pueblo.” También lo dijo el demagogo fascista de Tabasco: “No hay para donde hacerse, o se está por la transformación o se está en contra de la transformación.”
La secta morenista prometió ser la alternativa al PRI y PAN. Lo que terminó siendo es su versión envejecida, recalentada, rencorosa. La generación que llegó en 2018, seducida por el mesías engañaidiotas, confundió redención con resentimiento. Creyó que votaba por justicia cuando en realidad votó por el mismo demonio que juraron combatir.

La marcha del 15 de noviembre, los granaderos de Claudia, la represión a los chavos de la GZ… Ya le aseguraron un papel en el basurero de la Historia. Justo donde yace en lugar estelar, Echeverría.
La educación se adelgaza, el pensamiento crítico se reduce, el debate público se achica. Un país que no cuestiona es un país manejable. Un pueblo que no piensa es un pueblo disponible.
Llamar a Morena “4T” es un gesto poético. Pero la poesía termina donde comienza la realidad:
- No es transformación, es sometimiento
- No es justicia, es control
- No es izquierda, es manipulación
- No es legalidad, es criminal
Con el huachicol fiscal que es obra suya, la secta nos mintió con la verdad. Y vaya que cumplieron: “Juntos haremos historia.” Saquearon el país con toda impunidad. Nada más.
La pregunta no es si nos damos cuenta. La pregunta es si tendremos el valor de impedir que el poder se vuelva irreversible. Porque hasta este momento, ya tomaron todos los instrumentos legales para jamás irse del poder.
Huroneo

Los regímenes de vocación comunista no se piensan como proyectos nacionales, sino como engranes de una causa global. Su lealtad no está en la gente que gobiernan, sino en la ideología que profesan.
Desde Lenin hasta Castro, desde el chavismo hasta sus ecos contemporáneos: Evo, Correa, López Obrador, Petro… La prioridad siempre ha sido sostener la “familia ideológica”, aunque eso implique desangrar a su propio pueblo.
Por eso aquí faltan medicinas, insumos, vacunas y equipo. Porque antes hay que cumplir con la cuota moral de apoyar a los camaradas de la causa —Cuba, Venezuela y quienes se vayan sumando—. Cuando un gobierno sacrifica a su gente para sostener a su ideología, lo que está en riesgo no es el presupuesto… es la libertad.
Una lectura que exige no sólo ojos abiertos, sino conciencia afilada.
Esta columna forma parte de Bitácora de la Luna, un espacio para pensar el país desde el filo de la crítica.




