LA OPINIÓN DEL ABOGADO NAKACHI / PRIMERA LLAMADA
08/04/2024
Primera llamada /#Dimittis
Año electoral en el mundo es el 2024. Cerca de 60 países elegirán mandatario en su respectivo país y en más de cien naciones habrá que acudir a las urnas a ejercer el derecho de elegir gobernantes.
En nuestro continente, siete países tendrán compromisos electorales: El Salvador, Panamá, República Dominicana, EE. UU., Uruguay, Venezuela y México.
2024 será crucial para la democracia y definirá el destino del planeta en las próximas décadas.
En nuestro país cada día nos acercamos al compromiso cívico de la elección federal de este año y la violencia está desatada. Insisto: no vivimos tiempos ordinarios, lo extraordinario es que nos jugamos el futuro entre robustecer un proyecto autoritario populista y la democracia liberal.
La criminalidad distingue a este tiempo electoral. Laboratorio Electoral suma 50 asesinatos de políticos en lo que va del proceso electoral y aún faltan ocho semanas para concluirlo. Lo que significa que todavía no hemos visto su peor rostro.
Destaco y denuncio el atroz asesinato el pasado 2 de abril de Gisela Gaytán, candidata al municipio de Celaya por MoReNa. Fue baleada en pleno acto de campaña en la calle. Esto después de que presentara su estrategia de seguridad. Donde hasta la Guardia Nacional la abandonó a su suerte.
En el otro lado de la moneda, tenemos a un presidente de la República metido hasta las narices en el proceso electoral. Su cinismo es tal que no se reserva nada para mostrarnos que se cocina una elección de Estado en favor de su candidata. Opera como coordinador de campaña y de facto él es el candidato.
Como sostiene y advierte al país en su columna, Macario Schettino (El Financiero, 1 de abril 2024), “López Obrador jamás ha pensado dejar el poder”. Si en 2018, cuando tuvo la mayoría calificada para reformar la Constitución no ejecutó los cambios estructurales para ese propósito, no fue por demócrata, sino por autosuficiente y arrogante.
Su plan a siempre fue la reelección. Pensó (para bien de la República) que en 2021 ratificaría su poder en las urnas. Se equivocó. Los ciudadanos le arrebataron el control del Congreso y al estilo de los dictadores latinoamericanos, tuvo que aplicar el plan b, a través de su criatura la “científica”.
Solo que la poca lucidez de la realidad ante tanto engaño, cobra factura. López Obrador eligió a una candidata que no prende ni al más entusiasta de sus corifeos. Y eso que van a diario como borreguitos trasquilados derechito al matadero, pero entusiastas después de seguir la pauta de la mañanera.
Hay que subrayarlo: MoReNa perderá la siguiente elección presidencial y el control del Congreso Federal; por lo menos no ganará en CDMX, Morelos, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, Yucatán, no por los partidos políticos, sino por la ciudadanía.
¿Se imaginan ya el berrinche presidencial el dos de junio por la noche?
Desde hace semanas, por más que apuestan al desencanto por votar, ya leyeron desde la alcoba presidencial que el dos de junio los espera una derrota en las urnas. México ya despertó de tanta patraña y felonía que este gobierno les orquestó.
Apuestan a evadir la elección al costo que sea.
Como en el cuento de la liebre y la tortuga, en su perversidad y altivez, López Obrador, nunca leyó (y eso que conoce el país hasta el más hondo de sus rincones) que México es más de treinta millones que votaron por él en 2018.
Nuestra patria la conformamos más de 135 millones y el padrón tiene registro de alrededor de cien millones de mexicanos. El demagogo solo quiso gobernar para el 30 % de la población mexicana.
Así de diminuta su capacidad para procesar la realidad. Aunque como todo aquel que padece trastorno del síndrome de Hubris, su perversidad por mantener el poder es mucha.
Está dispuesto a lo que sea, sabe que se juega más que su paso a la historia −está acorralado entre su infame mañanera y la realidad−: le llamamos libertad.
Libertad que hoy está en peligro como no lo vieron muchos de nuestros abuelos. De ese tamaño la amenaza a la República Mexicana.
Vale la pena matizar y ver a López Obrador como definió en 2006, Enrique Krauze, el “mesías tropical”:
Miembro distinguido del Grupo Puebla, es socio de la mafia castrochavista que tiene su corazón en Cuba y su brazo ejecutivo en Venezuela.
Sigue los pasos de los Castro, Chávez y Maduro para una vez tomado el poder, perpetuarse destruyendo los puentes democráticos y enquistar un proyecto demoniaco y empobrecedor: polarización en la sociedad, ataque a los órganos autónomos, satanización de la riqueza, idealización de la pobreza, robustecimiento de la clientela electoral, derroche de recursos públicos en becas, control de la Corte y el Legislativo, omisos ante el crimen, torcimiento del pasado, etcétera.
Y la joya de la corona populista: la representación (por medio de la propaganda, fin macabro de la mañanera) de un mesías todopoderoso que llegó al poder para “salvar” a los más desfavorecidos.
En eso, a muchos nos suena a fantasía, pero a muchos incautos les parece tan real, incluyendo al propio presidente de México.
Por tanto, ¿cuándo han visto que un mesías salvador tenga como obstáculo para la ejecución de su plan de redención el nimio tiempo constitucional?
De aquí al dos de junio, cuando se materialice la derrota del obradorismo en las urnas, viviremos tiempo de tensión para la patria. Pero como le ha dado luz a este país, Xóchitl Gálvez: luchemos por un México sin miedo y venzamos al abstencionismo.
Cuando vemos el trágico fin de la candidata de MoReNa, Gisela Gaytán, es cuando hay que advertir que ningún candidato está a salvo, ni la propia Claudia Sheinbaum. Los hilos los sigue aún moviendo un enfermo de poder. Primera llamada.
Huroneo
Para el primer debate presidencial, no espere sorpresas. Xóchitl le dará una exhibida justa y necesaria a la candidata del obradorismo.
Claudia Sheinbaum la tiene muy complicada. Cuando sea confrontada con la realidad tendrá que echarse unas piruetas de alto nivel de dificultad.
Defender al gobierno más corrupto, cínico, frívolo, ecocida, indolente, destructor, no es cosa sencilla. Veamos la capacidad de demagogiar de Claudia.