Gente detrás del dinero en El Independiente
Opinión Abril 25/04/2022
Un tren maya sin cabeza… técnica
Es de esperar que este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador le dirá a los artistas, ambientalistas y famosos que asistan a la cita en Palacio Nacional que existe un plan para reforestar cientos de miles hectáreas (450 mil) de la selva de la península de Yucatán, que los llamados “Paso Fauna” le permitirán a las especies que habitan en ese lugar pasar de un lado a otros de las vías del Tren Maya, que se trata de un proyecto de beneficio social con que se contendrá y dará orden al crecimiento de las poblaciones y pequeñas ciudades que se han formado al aventón y sin planificación.
Pero lo que no dirá es que el nuevo encargo de instrumentar paso a paso cada una de esas acciones, el nuevo director de desarrollo del proyecto, el ingeniero Luis Deyá Oropeza, fue despedido de Fonatur por desacuerdos con el nuevo director, Javier May, en aspectos centrales de métodos y tiempos de ejecución.
Si, pensó bien. Deyá Oropeza es tabasqueño y también es primo del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza.
Y, vaya, también le atinó sí pensó que Deyá trabajó como asesor en lo que fuera el Gobierno del entonces Distrito Federal durante la gestión de López Obrador.
Entró a Fonatur a inicios de febrero y duró en el cargo poco mas que las cabañuelas de enero.
Vaya, rápidamente Deya ya no comulgó con los planes y exigencias de Javier May… y para afuera a mediados de este abril.
Pero dada su lealtad de 30 años en las filas del izquierdismo tropical (fue alcalde de Comalcalco por el PRD) y luego del obradorismo, Deya encontró rápido acomodo para una obra que difícilmente será culminada este sexenio: se le nombró encargado del Tren México-Toluca (también conocido como el Choritren) que no se ultimó durante el gobierno de Enrique Peña por el incremento de costos y conflictos en derechos de vía a la altura de La Marquesa (zona boscosa limítrofe entre la CDMX y el Estado de México), y que en la 4T no ha recibido ni una tercera parte de los recursos necesarios para ultimarse.
Y es que en su desesperación, nos platican, el nuevo director de Fonatur no sabe cómo salir de las complicaciones sociales y de ingeniería que trae aparejado 1,500 kilómetros de riel y 22 estaciones.
De hecho, que para ello ha preferido echar grilla contra su antecesor, Rogelio Jiménez Pons, acusándole de tener “negocios y terrenos” en diversos puntos de la península.
Vaya, aunque en términos forestales resultaría relativamente sencillo explicar que son 400 hectáreas de selva las derribadas, que se pierden 50 mil de ellas al año en todo el país mientras que 50 cenotes son utilizados en la península como vertederos de aguas negras.
Y ya no hablemos de Tulum, donde ni siquiera existe un sistema de recolección y menos de tratamiento de aguas residuales que, por filtración, se descargan a la playa, una cosa es decirlo y otra demostrar que efectivamente se ejecutan tales acciones.
Y más aún cuando la SEDENA tomó control del Tramo 5 y por tanto resulta improbable tener acceso directo a la información de ello.
Y lo que aún está por explicarse en términos de ingeniería y financieros, es cuantas obras de libramiento de cenotes, puentes y viaductos, perforación profunda para cimentación, desvió de cauces subterráneos y remediación de su afectación en los ecosistemas aledaños.
Ello, por supuesto, implica saber cuanto más costarán los estudios para saber todo ello y el costo de aplicarlos.
El tren Maya, como proyecto de desarrollo en base al conceso social sobre bases de conservación ambiental, sigue muerto.
- Con ustedes, los Tigres Verdes
Cemex, la multinacional mexicana de soluciones de construcción, llevó hasta la cancha del futbol su compromiso para hacer frente al cambio climático: la firma que encabeza Rogelio Zambrano, propietaria del equipo de fútbol Club Tigres de Monterrey al mando de Mauricio Culebro, lanzó un programa para hacer del estado sede de la escuadra, El Volcán, un espacio volcado a la generación de energía renovable usando como combustibles alternos los desechos generados en el Estadio Universitario.
Pro Ambiente, compañía líder en el manejo integral de residuos y empresa filial de CEMEX, hará el acopio, traslado y reciclaje energético de desechos tales como vasos desechables, envolturas y empaques de alimentos, servilletas y todos aquellos que los aficionados generen en sus estadía en El Volcán.
Esto iniciará en el partido de Tigres contra el América, y de ahí para adelante.
De cada partido se estima recolectar 30 metros cúbicos de residuos que al ser usados en la planta Cemex de Monterrey, eliminarán dióxido de carbono equivalente a lo que emite 400 autos en un día.
Los equipos juveniles y femeniles de los Tigres aplicarán iguales protocolos y prácticas continuas a favor del medio ambiente.
Nunca es tarde.
https://elindependiente.com.mx/2022/04/25/un-tren-maya-sin-cabeza-tecnica/