TEUCHITLÁN: EL EXTERMINIO QUE NO DEBE NOMBRARSE / OPINIÓN DEL ABOGADO NAKACHI

31/03/2025
Teuchitlán: El Exterminio que No Debe Nombrarse / #Dimittis

El régimen obradorista que ya se enquistó en México es como ha afirmado el maestro Macario Schettino: autoritario, incompetente e indisciplinado. En todo régimen con pulsiones autoritarias, la batalla semántica es fundamental.
Quien controla el lenguaje, controla la percepción de la realidad. George Orwell lo describió magistralmente en su obra 1984: si logras que la gente adopte tu versión de los hechos, la verdad objetiva se vuelve irrelevante.
Eso es precisamente lo que el obradorismo ha buscado con la matanza en el rancho El Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco.

El horror es difícil de disfrazar, pero no imposible de maquillar. A Sheinbaum le han subido el nivel de grado de dificultad en la infame mañanera y está dispuesta a jugar ese vals. Más de doscientas mil mentiras de su mentor en esa tribuna de Palacio la respaldan.
Primero, control de daños en su reality matutino: la orden fue evitar a toda costa la palabra exterminio. No había que permitir que esa mancha quedara en la historia de la secta obradorista.
Así que, con astucia política, lanzaron a sus youtuberos leales para sembrar la versión oficial: no fue un exterminio, fue un enfrentamiento. Los cadáveres apilados no eran víctimas, sino sicarios.
La narrativa de que el Estado masacró a un grupo de civiles desapareció bajo la idea de que simplemente “les tocó perder”.

Sólo que la maniobra no se detuvo ahí. Sabían que la ‘oposición’, con la torpeza propia de todo idiota que los distingue, mordería cualquier anzuelo mediático. Y ahí es donde entra el caso del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.
Que con el chaleco morenista goza de una impunidad impecable. El escándalo del desafuero cayó como anillo al dedo para distraer. Las conferencias se llenaron de preguntas sobre el exfutbolista, los opinadores entraron en ebullición y las primeras planas se saturaron con el caso.
Mientras tanto, la masacre de Teuchitlán se diluía en la sobrecarga informativa.
Ahora, el nuevo juguete de distracción es la inteligencia artificial de Elon Musk, Grok. Un tema fascinante, sí, pero en términos políticos, otra carnada más. Luego, el bufón histriónico de Noroña felizfelizfeliz con la manita que le echó Calderón junior.
Sigan celebrando la ‘exhibición’ de Calderón Zavala a la hiena que preside el senado mexicano. Mientras las redes hierven con teorías sobre cómo la IA reemplazará el pensamiento humano, el obradorismo se frota las manos: Teuchitlán ya se ha hundido en el olvido.
Huroneo

Este país tiene memoria de pez. La indignación dura lo que dura un hashtag. La gente cree que está informada porque hace scroll en su celular.
La oposición juega a hacer política en Twitter, mientras el régimen perfecciona el arte de la manipulación. Y así, la masacre de Teuchitlán ya es historia, una más en la lista de lo que México prefiere no recordar.
Nos están enseñando a olvidar. Y parece que lo estamos aprendiendo bien. Seguimos minimizando a estos delincuentes con poder que además de autoritarios, son incompetentes y disciplinados pero lanzan las celadas, y es cuando las mentes ‘inteligentes’ caen en la red como changos tras la banana.