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LOS PASTORES DEL PODER / LA OPINIÓN DEL ABOGADO NAKACHI

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Los Pastores del Poder

LOS PASTORES DEL PODER / DIMITTIS

NAKACHI
La Opinión del Abogado Nakachi / Dimittis

Por Nakachi

Los Pastores del Poder / #Dimittis

El pasado 9 de marzo, el periodista Claudio Ochoa publicó en El Universal la columna titulada “Silvano y su amigo de sotana”.

Su texto expone una de las prácticas que el papa Francisco tanto crítica y muchos prelados ejercen con descaro: el clericalismo.

El clericalismo

Es decir, la influencia indebida de los jerarcas eclesiásticos en asuntos políticos y personales más allá de lo pastoral o espiritual.

Tengo un amigo que trabaja en una comunidad semiurbana a las afueras de Morelia. Para ejercer su ministerio, necesita la anuencia del obispo. “Lo busqué en el arzobispado a finales de 2019, luego vino la pandemia y fue más difícil.

La situación es que, hasta este momento, su excelencia no nos ha podido recibir. En la Mitra nos dicen que es por razones de agenda”.

Y es que su excelencia tiene la agenda saturada con asuntos más importantes, como los negocios con el exgobernador, tal como lo denunció Ochoa.

La Arquidiócesis de Morelia se encuentra envuelta en una polémica por la presunta donación de 30 camionetas RAM doble cabina que el exgobernador Silvano Aureoles entregó en lo oscurito al arzobispo Carlos Garfias Merlos.

Estas unidades, compradas con recursos públicos destinados a seguridad y salud, habrían pasado a manos de la Iglesia sin justificación clara, lo que ha detonado una investigación por posible desvío de recursos.

El actual gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, exigió la devolución de los vehículos y dejó claro que tanto Aureoles como Garfias deben rendir cuentas.

Por su parte, el arzobispo, en un video público, reconoció la “donación”, y al más puro estilo de los políticos demagogos de este tiempo oscuro, se victimizó y calificó las acusaciones de falsas y calumniosas.

Arzobispo Carlos Garfias Merlos y Monseñor José Armando Álvarez Cano

Este escándalo escaló a tal grado que el papa Francisco nombró a monseñor José Armando Álvarez Cano como arzobispo coadjutor de Morelia, con derecho a suceder a Garfias Merlos.

Un movimiento que refleja la preocupación del Vaticano por la administración financiera de la Iglesia en Michoacán y busca garantizar una transición ordenada en la Arquidiócesis.

Pero en Puebla también se cuecen habas. La Iglesia católica vive desde hace décadas una crisis que explica por qué cada domingo los templos lucen más vacíos.

Templos vacíos

El arzobispo y su vicario general, Hugo Corona, el sacerdote todopoderoso de la arquidiócesis, son ejemplos claros de este clericalismo descarado.

Para quien lo dude, basta recordar lo ocurrido en 2014. Con el pretexto de un conflicto con la “asociación de mayordomos”, el entonces vicario general y párroco de San Pedro Cholula, Rafael Amador Tapia, fue removido.

Así, don Víctor pudo pagarle viejos favores desde que fue cura en Nuestra Señora de Ocotlán en la Colonia América Sur de la capital poblana, al cura Hugo Corona, entonces párroco de La Divina Providencia.

El bono incluyó la Vicaría General de la diócesis y la jugosa parroquia del Perpetuo Socorro, donde es un secreto a voces en Puebla, que los sacramentos están al alcance de todos con un simbólico “donativo”.

Estos episodios son prueba de cómo algunos jerarcas católicos han cambiado el Evangelio por la opacidad y los favores políticos, alejándose de la misión pastoral que supuestamente deberían cumplir.

Mientras tanto, otras congregaciones religiosas, como La Luz del Mundo y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, siguen ganando adeptos en regiones como Puebla.

La Luz del Mundo y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

No es casualidad que, en el corazón de una de las ciudades más conservadoras de México, estas denominaciones hayan edificado templos cada vez más imponentes e icónicos.

Y mientras la Iglesia católica se revuelca en sus escándalos, pierde fieles a pasos agigantados. ¿Sorprende? En absoluto.

Si quieren recuperar la confianza del pueblo, tendrán que hacer algo más que rosarios y discursos hipócritas y sobre todo, bajarse del pedestal donde hace mucho se treparon.

Huroneo

Arzobispo de Puebla José Víctor Manuel Valentín Sánchez Espinosa y Monseñor Eugenio Lira

El próximo 21 de mayo, don Víctor cumplirá 75 años, lo que lo obliga, según los cánones romanos, a presentar su renuncia.

En Puebla hay dos opciones: traer a un pastor foráneo (algo que no ocurre en la grey poblana desde hace un siglo) y romper con la tradición de encubrimientos, o apostar por la “estabilidad” y regresar a la arquidiócesis a monseñor Eugenio Lira, actual obispo de Matamoros, quien ya sabe lo que es “amar a Dios en tierra del narco”.

¿Adivinen cuál van a escoger?

https://twitter.com/Nakachi_Mx

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