Las reformas constituciones y la verdadera oposición

07/07/2025
Las reformas constitucionales y sus leyes secundarias están transformando de fondo la estructura de nuestro país.

Lo que está en juego ya no son detalles técnicos ni ajustes menores: es la república misma.
Un ejemplo claro es la reciente incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Es decir, la militarización oficial de la seguridad pública.

Esto, aprobado constitucionalmente, implica que la responsabilidad de cuidar las calles ya no será de mandos civiles ni policías de carrera, sino del Ejército Mexicano.
Y esto no es poca cosa.
A lo largo de la historia, en múltiples países, ha quedado demostrado que los ejércitos no están preparados para tareas policiales. Su entrenamiento, su mentalidad y su función no es patrullar vecindarios ni proteger derechos civiles.

Los ejércitos existen para la guerra, para la defensa nacional frente a amenazas externas.
Convertir una institución de carácter civil en una fuerza de naturaleza militar es una contradicción profunda con los principios de la izquierda mexicana, que históricamente ha luchado contra el autoritarismo y por la supremacía del poder civil.
Pero ahí no acaba todo.
También se aprobó la tristemente conocida como «Ley Censura», que otorga al gobierno mayor control sobre bases de datos personales, información privada y medios de comunicación.

En otras palabras: menos libertad, más vigilancia, más poder al poder.
¿Y la oposición?
Para sorpresa de pocos, Movimiento Ciudadano decidió acompañar al oficialismo en la aprobación de esta ley.
Lo hizo sin matices, como si fuera un partido más del bloque en el poder.
Y mientras tanto, Acción Nacional se ausentó. Licencias, viajes, excusas.

Algunos miembros abandonaron el Congreso en un momento clave para defender derechos fundamentales.
Todos queremos un país más seguro.
Pero la seguridad no puede ser la excusa para entregarle un cheque en blanco al poder.
Lo que estamos viendo es un punto de quiebre:
La indefinición ideológica y política de estos partidos ausentes en los votos clave, erráticos en el discurso, y funcionales al poder pone en duda si realmente son oposición.

Necesitamos una oposición clara, constructiva y propositiva pareciera que solo el PRI lo intenta.