🟥 Inseguridad, gentrificación y ausencia de liderazgo sacuden la capital del país.

(AP Foto/Jon Orbach) (AP Foto/Aurea del Rosario)
Por Ricardo Rodríguez — La Evidencia News
La apatía social no es casualidad: es reflejo del desgaste institucional, de promesas no cumplidas y de liderazgos sin dirección. La Ciudad de México—símbolo histórico de lucha, cultura y dignidad—vive hoy un momento crítico que no puede maquillarse con discursos ni utopías recicladas.
El pueblo exige más que palabras, necesita acción. Y si desde la jefatura de gobierno no se emite un mandato real, legítimo y transformador, el vacío lo ocupará la revuelta. La ciudadanía no puede vivir entre asesinatos sin esclarecer, vandalismo que desfigura propuestas sociales y una economía que margina más de lo que incluye.

Clara Brugada, Jefa de Gobierno, arrancó su administración entre el duelo y el desconcierto. Dos asesinatos cercanos a su círculo no pueden pasarse por alto como accidentes del contexto. Son señales de un entorno descompuesto. Y cuando las calles expresan rechazo a través de la rabia y la desesperanza, no es tiempo de retórica: es tiempo de respuestas.

La capital de la República no puede ser mancillada con tanta imprecisión de gobierno. La versión de una utopía con la que le alcanzó a Clara Brugada saltar al poder rompe con las necesidades imperantes de la CDMX.

No se puede tapar el sol con un dedo. Aquí hay desigualdad, desempleo, gentrificación que expulsa a los de siempre para darle paso a los de paso.

Desde La Evidencia News no se agacha la cabeza. Se señala con nombre y cargo a quien olvida por quién y para qué está en el poder. Esta ciudad no se gobierna con slogans: se lidera con voluntad, se transforma con hechos.
Quien no entienda eso, que haga espacio. Porque esta ciudad no espera.