EL RÉGIMEN DE LA ESTUPIDEZ / DIMITTIS
12/02/2025
El régimen de la estupidez / #Dimittis
La inteligencia artificial (IA) es una realidad: una herramienta poderosa para las actividades del ser humano, con virtudes innegables.
Hace unos días, un colega me pidió un texto con carácter urgente. Lo terminé y lo pasé por las manos de “Chaparrita”, mi asistente virtual. Cuando lo envié, la respuesta fue inmediata:
—¡Gracias! Pero más agradecido estoy con la IA.
Respondí en su mismo tono:
—La IA está a mi servicio, no yo al servicio de la IA.
Estamos siendo testigos del nacimiento de una nueva forma de hacer las cosas. Pero, paradójicamente, en tiempos de IA, la inteligencia del ser humano está en decadencia. Al menos en el ámbito político-social, es más evidente que nunca.
Aquí tres momentos recientes de estupidez humana en el arranque de 2025:
- Sin oposición, solo queda la sumisión
El regreso del partido hegemónico, con su retórica nacionalista, es doblemente grave en un escenario sin oposición real.
PRI, PAN y el extinto PRD (✞) fueron aniquilados con la complicidad de sus propios líderes. Alito y Marko Cortés, demasiado tibios —o con una colota que pisar—, fracasaron estrepitosamente cuando la democracia más los necesitaba.
Si hubo fraude electoral, no tenemos pruebas ni actas que lo respalden. Lo que sí es seguro es que la dizque oposición no trabajó antes, durante ni después de la elección.
Ellos siguen hozando algarrobas como los cerdos para seguir tragando de lo que les dejan en MoReNa.
Jodido aquel que aún cree que el PRI y el PAN pueden competir con el Nuevo PRI-Morenista con esteroides.
- Nepotismo: la hipocresía institucionalizada
Hace unos días, el senador Félix Salgado Macedonio expresó su apoyo a la presidenta Sheinbaum en su iniciativa para prohibir el nepotismo en cargos públicos.
Irónico, considerando que su hija, Evelyn Salgado, es gobernadora de Guerrero, donde es un secreto a voces que el verdadero gobernador es él.
El mismo Salgado Macedonio —acusado de violación, por cierto— reconoció que, de aprobarse la reforma, no podría aspirar a la gubernatura en 2027, ya que la ley impediría que familiares directos sucedan en el cargo de manera inmediata.
Pero lo verdaderamente grosero para la inteligencia humana fue su declaración, con el tono de quien se sabe intocable:
—Estoy chamacón, apenas tengo 68 años y estoy al cien por ciento, puesto y dispuesto para cuando toque y sea.
El descaro, elevado a dogma de fe.
- La nueva inquisición: traición a la patria por pensar diferente
En una entrevista reciente, Paco Ignacio Taibo II —director del Fondo de Cultura Económica (sí, así de grave es la situación)— se atrevió a sentenciar con la impunidad de quien sabe que aquí ya no existe Estado de derecho:
—Todo aquel que se diga trumpista debe asumir las consecuencias de la traición a la patria.
Acto seguido, su entrevistadora, la porrista oficial Sabina Berman, le devolvió el favor con zalamería intelectual. Nada extraño en la mafufa de Sabina.
Así funciona el régimen: los leales al partido reparten condenas ideológicas mientras justifican los excesos de sus propios líderes.
Epílogo: un país sin brújula
El ciudadano de a pie sufre la bota del partido hegemónico, que aún no ha mostrado su bota militar… pero ya pronto. Intentos como el de Guadalupe Acosta por formar un nuevo partido son solo patadas de ahogado y dudo que el INE de la entreguista, Taddei lo deje.
Mientras tanto, los socios activos de la secta morenista siguen despachándose con la cuchara grande. Si viviera José López Portillo, hasta él se escandalizaría con tanto nepotismo.
Y para rematar, algunos compatriotas aún insisten en que el loco albino de Washington vendrá a poner orden en México. No se equivoquen. Lo dijo John Quincy Adams en el siglo XIX, y sigue siendo cierto:
—Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes.
Vuelvo entonces a la IA y le pido a Chaparrita ayuda para entender este tiempo de estupidez humana. Su respuesta me lleva al siglo pasado, a las palabras de un científico de origen judío:
—Nakachi, recuerda la sentencia de Einstein: “Dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana… y no estoy seguro sobre el universo”.
Y pensar que Einstein nunca conoció a los nuestros.
