EL LADO CORRECTO DE LA HISTORIA | RODRIGO GONZÁLEZ ILLESCAS

15/12/2025
El lado correcto de la historia

- Premio Nobel de la Paz 2025: María Corina Machado
La democracia le recuerda al mundo que es el único camino para alcanzar la paz.
«La libertad no es algo que esperamos, sino algo en lo que nos convertimos. Es una elección personal y deliberada, y la suma de esas decisiones conforma el espíritu cívico que debe renovarse cada día», dijo Ana Corina Sosa, citando a su madre, durante el discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz 2025.
En un episodio digno de una película de acción de Hollywood —por ejemplo, con la intensidad de una batalla tras otra de Paul Thomas Anderson y protagonizada por el laureado Leonardo DiCaprio— María Corina Machado no pudo asistir a la ceremonia de entrega del reconocimiento.
Mientras el mundo la aclamaba, ella escapaba por mar rumbo a Curazao, isla caribeña del Reino de los Países Bajos cercana a la costa venezolana. Tiempo después se sabría que había llegado a Oslo, capital de Noruega, en un avión privado con matrícula mexicana, y que incluso estuvo fuera del radar durante tres horas en alta mar.
Los vientos de cambio que hoy reconfiguran América Latina, y particularmente la devastada Venezuela, nos recuerdan que quienes luchan por la libertad siempre terminan del lado correcto de la historia.
El respeto a la vida y a la libertad representa valores inalienables del ser humano y, a lo largo del tiempo, ha sido la valentía de figuras históricas la que ha mantenido viva esa verdad fundamental: la vida, la libertad y la dignidad no se negocian.

Todas estas razones dan dimensión y trascendencia al Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado. El reconocimiento recuerda que, aunque cambien los tiempos, siempre existirán tentaciones autoritarias, pero también existirá —con igual persistencia— el lado correcto de la historia.
Quienes eligen la libertad y la democracia como forma de gobierno no solo las proclaman en el discurso, sino que las viven como el anhelo de quienes decidieron ser sujetos de la historia y no objetos de ella.
«Todos los seres humanos nacieron para ser libres y, como si de un epitafio se tratara, ningún carisma sustituye al Estado de derecho», sentenció Ana Corina Sosa.
Venezuela es claro ejemplo de que las utopías libertarias se pueden convertir en distopías dictatoriales, con un detalle clave: Otorgar todo el poder sin equilibrios institucionales es la llave para la puerta de las tiranías.




