EL HURACÁN QUE SE LLEVÓ LOS SUEÑOS
La opinión del Abogado Rolando Nakachi
DIMITTIS
30/10/2023
Cuando en 2018 comenzó la administración obradorista, muchos advertimos que el proyecto al ser político, tenía como misión, sentar las bases en México de una nueva tiranía latinoamericana vinculada a la mafia castrochavista.
Siguiendo el guión bolivariano, se hablaba hasta tatuarlo en el alma mexicana de la “transformación”. Pocos lo creían.
Hay que reconocer que en estos cinco años de gobierno, el presidente López Obrador ha ido puliendo sus dotes de prestidigitador que seguro causaría envidia al mago de corte internacional David Copperfield.
Así lo hizo desde su larga campaña hacia la presidencia de la república (2006-2018) donde jamás transparentó de qué vivió, hoy sabemos que vivía del cash en sobres amarillos. Lo mismo desapareció los fondos que MoReNa según iba a destinar para apoyar a los damnificados del sismo de 2017.
Lo inaudito en el albor de 2018: millones lo hacían un hombre honesto y un adalid de la lucha contra la corrupción.
Con su voto estaban seguros que la transformación iba en serio. Hoy sabemos ya sin más que todo fue un engaño.
Con la cancelación del NAIM se dio un batazo en el corazón de su gestión y de la economía del país, no pasó nada. Millones de incautos lo celebraron junto con el narcisista.
Como titular del ejecutivo según él y sus fantasías, erradicó el huachicol, la corrupción desde las altas esferas, sorteó la tragedia de Tlahuelipan, devastó la selva ancestral de la península de Yucatán, Dos Bocas es inviable y por lo menos no refinará un solo litro de crudo en este sexenio, el “Felipe Ángeles” es una tomada de pelo.
De la pandemia de la covid-19 no se diga, solo un sociópata y embustero profesional podría tener sobre sus espaldas más de 800,000 fallecidos y dormir tranquilo.
He sostenido en esta columna que por lo menos desde López Mateos, ningún presidente ha salido bien librado en su último año de gobierno. Escoja el que guste, ni Salinas que sí fue popular salió aprobado.
En una especie de reminiscencia de los tlatoanis mexicas, nos decantamos por el nuevo gobernante pero en la vejez de su gestión nos desencantamos y así.
No hemos podido darle vuelta a ese círculo vicioso.
No veo por dónde López Obrador pueda salir bien librado en estos últimos once meses de su gestión. No lo digo yo, la terrible administración de destrucción de este gobierno lo respaldan.
Lo repito para todos aquellos desesperanzados que ya doblaron las manos y aseguran que la secta mexicana bolivariana como en los viejos tiempos de su papá el PRI, se llevarán carro completo. Nada más falso.
¿De qué otro modo se explica lo aterrado y enfurecido que anda el presidente? Hay que entenderlo, es un grillo que todo lo ve en términos políticos electorales.
Padece del síndrome de Hybris y no renunciará al poder por la vía democrática.
Nos debe de quedar claro que México es más de treinta millones de votantes (que de MoReNa y sus aliados ya redujo a 20 millones, no más) y más que su presidente de la república.
Por si fueran pocas las penas del obradorato, llegó Otis a las costas de Guerrero. Lo que hemos visto y escuchando en los últimos días son escenas de verdadero terror.
Si bien no está en manos del presidente de México evitar un desastre natural, sí lo es su atención para dar respuestas.
Extraviado en la lectura de los tiempos, sin planificación, ni estrategia, el demagogo nos ha mostrado lo que existe en su fuero interno sobre la tragedia en Acapulco: no los ve, no les interesa, no los ha visitado y solo son para él carne electoral.
Y es que el político que vive atrapado en los años setenta, tampoco puede controlar por más que se esfuerza, los medios digitales nacionales y no digamos los internacionales con la tecnología del siglo XXI.
Las redes sociales lo están evidenciando como un siniestro incompetente e incapaz.
En medio de la desdicha de los acapulqueños, ha querido centralizar la ayuda de la sociedad civil para pasar por la aduana de las fuerzas militares.
El que según conoce México hasta sus entrañas anda tan perdido que insiste en intimidar la solidaridad.
No solo Guerrero ni Acapulco, estoy seguro que el país entero se la cobrará en las urnas el siguiente año.
El paso de Otis en las costas de Guerrero, ha dejado en evidencia lo que cientos venimos señalando desde el comienzo de esta criminal gestión obradorista: López Obrador es un incapaz, enfermo de poder y peligroso para la nación.
Pero también nos ha sacudido para darnos cuenta que el país cuando se une es más fuerte que cualquier deschavetado que se sienta en la silla presidencial.
Sin su gobierno en los tres niveles, Acapulco le dará vuelta a esta pagina de horror gracias a la solidaridad de los mexicanos.
También Otis terminó por enterrar la intentona autoritaria del aspirante a dictador desde su hacienda. Es hora de despertar.
Nos vemos en las urnas, presidente.
Huroneo
A la secta morenista se le adelantó el halloween. Primero la resistencia de parte del poder judicial. Siguió la exhibida a la doctora en el Azul.
Luego la ineptitud del presidente de México para no prevenir, y menos atender la desgracia en Acapulco.
Ya muchos legisladores de la secta se han ido bajando del barco. Reza la sabiduría popular que cuando el barco se hunde, lo primero que salen huyendo son las ratas.
Presidente: bienvenido a su último año de gobierno. Mucha suerte.
Lo digo porque vaya que la necesitará.
