Gente detrás del dinero en El Independiente
Opinión Abril 04/04/2022
- Distribución Medicinas: lo mismo pero chafa
A finales de la semana pasada el Instituto Mexicano del Seguro Social a cargo de Zoé Robledo inició el proceso para la contratación de su operador logístico para la distribución de medicamentos que -dada la ineficiencia de la UNOPS para cumplir el trabajo por el cual se le contrató por 150 millones de dólares- ha comprado directamente a los laboratorios fabricantes a fin de llevarlos a sus clínicas y hospitales… es decir, seguir con el modelo anterior de ocupar empresas especializadas en transportar productos sensibles en las mas diversas y extremas por todo el país, pero con la deficiencia de un servicio de traslado desarticulado de la producción que deriva en mayores costos.
En los primeros meses de su mandato, Andrés Manuel López Obrador acusó la existencia de un “monopolio” en la proveeduría de medicamentos al sector público; con dedo flamígero les acuso de vender a precios muy elevados, de no cumplir los contratos y provocar desabasto, de corromper funcionarios públicos a fin de conseguir sus aviesos objetivos y hasta de falsificar los medicamentos.
En los pasillos de palacio nacional se corre la voz que el autor de esa narrativa es Carlos Lomelín, dueño de los laboratorios Lomedic, que fue promotor de la campaña de López Obrador y luego un super delegado federal en Jalisco, y enemigo jurado del también tapatío Carlos Álvarez que encabeza a laboratorios PISA y la Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico (DIMESA), las firmas mexicanas más importantes en sus ramos.
Tras denunciar ese monopolio, López Obrador procedió a vetar de los concursos públicos a las empresas Grupo Fármacos Especializados, Farmacéuticos Maypo y a DIMESA, por “haber acaparado” el 63% del suministro al sector público de la salud entre 2012 y 2018.
Sin embargo, dicho acaparamiento no existió. Quien instrumentó el veto fue el subsecretario de salud Hugo López Gatell, pero ocultando una verdad al presidente: los distribuidores consolidaban el suministro solicitado a través de las licitaciones en reversa organizadas hasta 2018 por el IMSS con un éxito que fuera reconocido por la OCDE por sus esfuerzos por desterrar corrupción, transparencia y ahorros.
Es difícil creer que López Gatell y su jefe no pudieran entender de que se trata una compra consolidada: es tan sencillo como organizar a diversos proveedores en un solo canal de reparto adecuado a la demanda de cada cliente, tal y como lo hace Amazon, Aliba-ba, Mercado Libre y Rappi.
Los datos específicos de cada paciente, médico por médico tratante, hospital por hospital, los tuvo el Seguro Popular: luego de 12 años de prueba y error, de sortear, evadir y combatir prácticas corruptas en diversos gobiernos federales (en especial en Michoacán y Veracruz), todo ello lo tenía en una muy sofisticada base de datos la organización que en su último momento dirigió Antonio Chemor.
Con ello se sabia a donde, cuanto y con que periodicidad se tenían que enviar los medicamentos a cada centro de salud.
Dado que los laboratorios dedican millones de dólares al desarrollo de medicamentos, a su mejora y a la producción de genéricos intercambiables al vencimiento de sus patentes, su capital de trabajo se enfoca a esas labores y no a la distribución pormenorizada.
Es ahí donde los Operadores Logísticos resolvían los resultados de la compra consolidada que realizaba el IMSS.
Un ejemplo sencillo lo puede ejemplificar: sí se para la clínica de Chilapa, Guerreto se requería llevar omperazol, sildenafil, metformina y paracetamol, uno para atender gastritis, otro para disfunción eréctil, otro para contener diabetes y el último como desinflamante corporal, todos fabricados por diferentes laboratorios, ¿quien agrupa o “consolida” desde un centro logístico central cuanto y a quien se deben surtir una receta específica?
Pues los operadores logísticos, el satanizado y condenado que, ahora, son la tabla de salvación del gobierno federal ante una crisis generalizada en el abasto de medicamentos e insumos para la salud que amenaza extenderse todo 2022 y probablemente 2023.
- El diablo no es como lo pintan
La narrativa presidencial, de López Gatell así como de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda, a cargo hoy de Thalía Lagunes, pintaron a los Operadores Logísticos como un demonio capitalista, explotador y destructivo al que era menester exorcizar.
Pero, ¿que sucedió? Los contratos de servicios de logística a las empresas vetadas sumaron 19 mil millones de pesos hasta 2021.
De hecho, conforme a la licitación LA-050GYR988-E18-2022 del IMSS, convocada el 29 de Marzo para darse a conocer ganadores el 20 de Abril en corriente, es necesario contratr una empresa que haga la recepción, acopio, almacenamiento, resguardo, organización y entrega de esos bienes cuyo valor anual ronda 50 mil millones de pesos.
O sea, contratar de nueva cuenta al diablo que López Obrador aseguró exorcizaría.
- El diablo sirve
De hecho, desde que fue desmantelado el Seguro Popular, el IMSS ha requerido el servicio de las siguientes empresas logísticas para evitar se agrave la atención a sus derechohabientes de las empresa GNK que dirige Haruo Kano, Levic que lleva Raymundo Trejo, Vantage de Jesús Garrido, Arcar que lleva Agustín Padilla, la firma de reciente ingreso a México ILS de Josep María Martínez, así como Dibiter de Ernesto García.
Y bueno, incluso el gran denostador de los distribuidores logísticos, el INSABI a cargo de Juan Ferrer, tiene operadores logísticos privados que le resuelvan el problema de las entregas y está días de contratar unos nuevos pues Birmex, a cargo de Jens Pedro Lohmann, está lejos de ser el gran distribuidor que López Obrador prometió sería… e igual como prometió que la SEDENA se encargaría de esa labor
https://elindependiente.com.mx/author/mauricioflores/