ASÍ LAS COSAS EN LA CUBA DEL OESTE / BITACORA DE LA LUNA
27/04/2025
Así las cosas en la Cuba del Oeste / #BitácoraDeLaLuna
Mientras la opinión pública mexicana estaba atrapada entre los ecos del funeral papal y la maquinaria de la distracción mediática, Morena y sus aliados orquestaron en la penumbra legislativa un nuevo golpe a la democracia.
La aprobación en albazo de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión no es un hecho aislado; es la última estocada de un proceso sistemático de desmantelamiento institucional.
La narrativa oficial dice que se trata de una defensa contra la propaganda extranjera —en particular, contra la infame campaña de Trump transmitida por Televisa—. Pero el procedimiento dice otra cosa: se saltaron los protocolos, evitaron el debate, cerraron la puerta al disenso. ¿No es esa, acaso, la fórmula del autoritarismo?
Esta “ley censura” no es un capricho momentáneo: forma parte del guion dictado desde el Foro de São Paulo, ese espacio donde los regímenes autoritarios latinoamericanos intercambian estrategias para perpetuarse en el poder bajo la máscara del progresismo.
Lo que estamos viendo no es improvisación, es una estrategia continental. Y mientras tanto, nosotros seguimos distraídos, viendo pasar la historia como si no fuera con nosotros.
Este capítulo reciente se suma a un libro más largo y oscuro. En la elección pasada, Morena tomó el control del Congreso con una sobre-representación que el INE, ya domesticado por la mano hábil de Guadalupe Taddei, se negó a corregir.
Se violó el principio de proporcionalidad sin sonrojo. El Congreso ya no es un espacio plural: es una cámara de eco para el poder ejecutivo.
Después vino el asalto al Poder Judicial. Morena promueve una reforma que permitiría elegir jueces por voto popular, sin procesos claros ni controles que garanticen independencia.
La puerta quedó abierta a la infiltración de intereses oscuros. Las alarmas sonaron, pero ya pocos escuchaban.
Y ahora, el control sobre los medios.
Callar la crítica. Controlar la información. Debilitar la justicia. Copar el Congreso. ¿Qué falta? ¿La prensa libre? ¿Las universidades? ¿La sociedad civil?
Estamos, lentamente, pero sin pausa, caminando el mismo sendero que Nicaragua, que Venezuela, que Cuba. En nombre del pueblo, se está desmantelando al pueblo.
Lo más doloroso es que esto sucede sin mayor resistencia. A veces por miedo.
A veces por indiferencia. A veces porque, como ahora, estamos distraídos con un funeral y especulando quién llegará y si será Panchito II o Juan Pablo III, mientras el alma de nuestra democracia es enterrada sin misa ni despedida.
No se trata de alarmismo. Se trata de mirar con claridad. La democracia mexicana murió. Y cada ley impuesta sin debate, cada institución capturada, cada voz crítica silenciada, es otra gota de sangre en su cuerpo inerte que yace en el sepulcro.
¿Hasta cuándo despertará el pueblo de México? Ya sin sonrojo alguno hay que decirlo: Welcome to the dictatorship of the Western Cuba.
Huroneo
Lo grave: no podemos pecar de ingenuos, la nueva Ley Censura la aprobarán en el Congreso los lacayos-legisladores del embustero la próxima semana.
Lo pior: nadie meterá las manos. Así de cobarde el alma del mexicano de este siglo XXI.
Lo real: se robaron todo, INE, democracia, Fideicomisos, poder judicial, elección presidencial, la República.
Les faltaban en su haber los medios de comunicación digitales que han resistido este proceso rumbo a la dictadura y quitarse de encima al antiguo aliado y hoy crítico, el tío Richard.
