LECCIONES DESDE OSLO | ABOGADO NAKACHI
15/12/2025
Lecciones desde Oslo para un México en penumbra
Hay discursos que no sólo se escuchan: sacuden. El que hoy pronunció —a través de su hija— María Corina Machado en Oslo, al recibir el Premio Nobel de la Paz, es uno de ellos. Desde el exilio, sin poder pisar su tierra, habló como hablan los pueblos que se cansaron de arrodillarse.
Sus palabras no fueron diplomáticas, ni prudentes, ni “institucionales”. Fueron un acto de rebeldía.
Y para quienes vivimos en México bajo la sombra asfixiante del obradorismo, fueron también un espejo. Incómodo, pero necesario.
Machado recordó algo que nuestras democracias suelen olvidar: la dignidad es propiedad privada de cada ser humano. No del Estado, no del caudillo, no del partido que reparte favores. Esa idea —tan básica y tan revolucionaria— es lo que todo régimen autoritario busca pulverizar.
En Venezuela se hizo con la renta petrolera. Con la corrupción institucionalizada. Con la manipulación electoral. Con el hambre como mecanismo de control.
Aquí, en México, la fórmula ha sido distinta, pero la intención es la misma: convertir la pobreza en voto cautivo, la necesidad en obediencia, el presupuesto público en culto al líder.
Machado también habló del recorrido de su pueblo: ciudadanos que caminaron montañas, desiertos, barrios olvidados para organizar elecciones primarias libres; jóvenes que arriesgaron su seguridad para auditar urnas; madres que desafiaron al miedo para defender un acta electoral.
Esa lucha, al final, nos recuerda lo esencial: La democracia no se agradece. Se defiende.
Algo que Xóchitl nunca entendió en México. Fue una idiota útil a la tiranía en ciernes, en la jornada electoral de 2024.
Lecciones para México: lo que se aprende mirando hacia allá
- No basta con votar. Hay que vigilar, documentar, organizar, denunciar. La trampa siempre llega disfrazada de buena intención.
- El clientelismo es la droga más peligrosa del populismo. Cuando te acostumbras a que el gobierno te dé, también te acostumbras a que te controle.
- La verdad es un acto de resistencia. Defender la prensa libre, la crítica y la memoria histórica es la única forma de impedir que el caudillo escriba la realidad como novela personal.
- La ciudadanía tiene que reaprender a tener dignidad. Y la dignidad empieza cuando dices: “No me compro tu discurso, no me compro tu miedo”.
- La libertad es contagiosa… si alguien se atreve a encenderla. Machado lo hizo en Venezuela. En México, toca a nosotros.
Porque la paz —como dijo Machado— es un acto de amor. No amor cursi, ni amor tibio. Amor a la verdad. Amor al otro. Amor a un país que merece más.
La Venezuela que resiste nos recuerda que la libertad siempre parece perdida… justo antes de renacer. Que no se necesita un ejército para enfrentar al autoritarismo: se necesita convicción, valor para hablarle de frente al régimen. Que la historia no la escriben los poderosos, sino los valientes.
México está a tiempo. Pero el reloj ya suena.
Huroneo
Qué contraste tan brutal entre dos mujeres americanas del momento:
- María Corina Machado: valiente, liberal, humana, sensible, perseguida, exiliada… y aun así, luminosa. Habla desde la herida, pero sin odio. Defiende la libertad como quien defiende la vida misma.
- Claudia Sheinbaum: sumisa, doctrinaria, obediente a su deidad política y amo. Una administradora de consignas. Una figura sin alma propia, sin causa propia, sin voz propia. No inspira: ejecuta. No guía: obedece. No abraza al pueblo: administra su fe en el líder.
Una representa la dignidad rebelde de los ciudadanos que añoran la libertad. La otra, la servidumbre dócil del poder de su mesías criminal.
