El “pectus excavatum”, también conocido como “pecho hundido”
- Es frecuente que los pacientes sufran bullying o síndromes depresivos-ansiosos, advierte el doctor Mier Odriozola.
El “pectus excavatum”, también conocido como “pecho hundido”, es una deformidad congénita del tórax que afecta entre un 1% y un 2% de la población mundial.
El pecho hundido o «pectus excavatum» puede causar dolor torácico, disnea, dificultad respiratoria y en casos graves, la muerte debido a la compresión mecánica del corazón y del área pulmonar, por ello, es necesaria la atención temprana del padecimiento, advirtió José Manuel Mier Odriozola, cirujano de Tórax del Hospital Ángeles de las Lomas.
¿Qué es el pectus excavatum?
El pectus excavatum es una malformación en la que el esternón se hunde hacia el pecho, creando una concavidad pronunciada.
Esto puede afectar el funcionamiento del corazón y los pulmones. Los pacientes suelen ser conscientes de la deformidad y pueden evitar situaciones en las que esta sea evidente.
Síntomas:
Los síntomas varían, pero los más comunes incluyen dificultad para respirar al hacer esfuerzo, dolor en el pecho, fatiga y palpitaciones. En casos graves, el esternón puede comprimir los pulmones o el corazón.
Causas:
Aunque las causas exactas no se conocen, se cree que factores genéticos están asociados con esta afección. Es más común en niños y puede estar relacionado con síndromes como el de Noonan, Marfan o Loeys-Dietz.
Diagnóstico:
El diagnóstico se realiza mediante un examen físico del tórax y pruebas como radiografías, tomografías computarizadas, electrocardiogramas y ecocardiogramas.
Tratamiento:
El tratamiento más efectivo es quirúrgico. La esternocondroplastia de Ravitch modificada es una opción común. Consiste en resecar los cartílagos costales torcidos y colocar una barra de titanio como guía para formar nuevos cartílagos derechos.
Esta cirugía se realiza por una pequeña incisión en el centro del pecho y tiene una recuperación relativamente rápida. Es fundamental que los padres estén atentos a esta condición en sus hijos desde temprana edad para un diagnóstico oportuno.
Cuanto antes se trate, mejores serán los resultados y la calidad de vida de la persona afectada.
